Paradójicamente, en pleno apogeo de las redes sociales, y dentro de un mundo cada vez más globalizado, por lo visto las personas tendemos más al aislamiento. Según un reciente estudio de una universidad californiana, en la que analizaban los efectos del individuo dentro de grupos sociales, la convivencia en el grupo aumenta la singularidad individual. Hoy en día, los grupos sociales son cada vez mayores y, aparentemente, están más interconectados pero en realidad nuestra forma de vida está conduciendo al aislamiento individual que, de acuerdo a esta investigación, solo conduciría a ser todos cada vez más iguales, más lineales y menos distintos. Son muchos los que consideran mejores, o al menos prefieren, la búsqueda virtual de personas con sus mismos intereses e inquietudes y no las tradicionales relaciones personales.
Por ello, se dan fenómenos como el aumento de solteros, de viviendas unipersonales, o que en las familias se haya pasado de comer todos de la misma olla a comprar todo tipo de comida en envases individuales. Nos cuidamos y mimamos más que nunca (o al menos lo intentamos) y buscamos productos que nos hagan pensar que somos especiales, como si nos regalásemos algo.
Inevitablemente esta es una cuestión más que repercute en el diseño. Consolas centrales en los coches para que haya abundante espacio entre los pasajeros, devices electrónicos para cada individuo (ya todo el mundo tiene móvil), personalización extrema, viajes para singles… son solo unos pocos ejemplos de todas las oportunidades de ofrecer cosas nuevas en la actualidad.
Sin duda, una oportunidad a tener en cuenta.
De acuerdo con todo, el diseño de productos y servicios se va a tener que adaptar a un perfil de consumidor nuevo, más individualista, que no ha existido nunca en las culturas mediterráneas.
Aunque sin duda es una oportunidad para los diseñadores, un mundo nuevo deproductos a desarrollar, también es un paso atrás en eficiencia de producto. Vamos a necesitar mucho más material, procesos y tiempo para satisfacer la misma necesidad, con el consiguiente aumento en costes para la sociedad y también en beneficios para las empresas que sepan posicionarse y crear necesidades.