JAVIER PALACIOS. Naturaleza perceptiva
La mayoría de los comentarios publicados en este blog a lo largo de sus tres años, refieren a una cultura central del país, y en algunos casos al ámbito centroamericano. En tanto bitácora del cotidiano, registra exposiciones, ferias, entrevistas a diseñadores, arquitectos, congresos, presentación de libros y demás eventos.
Los podemos apreciar en la Galería Nacional, Museo de los Niños, San José -entre Diciembre y Enero 2013-2014-, exhibición curada por Luis Chacón, Rodrigo Rubí y Vita Cascante, en la cual participan unos cincuenta artistas, arquitectos y diseñadores con poco más de una centena de testimonios de cuando la creatividad humana los transforma para enriquecer nuestra vivencia con el entorno, material y/o natural.
Visitar el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), entre noviembre 2013 y febrero 2014, ofrece una superposición de argumentos asimilados desde realidad y cultura actual; se trata de un abordaje intenso de pensamientos los cuales exigen al espectador conciencia de lo que transparenta, y considerar su entendimiento, o lo que nos queda de la percepción: qué creer de lo visto para adherirlo a la memoria y explicarnos a sí mismos el sentido de tal provocación motivada por ese singular enjambre de signos en tensión,
Lo conozco desde hace muchos años por su dedicación a la cerámica, en la fabricación de productos funcionales de uso doméstico, pero también nos sorprende con sus objetos en vidrio: platones, copones y otras creaciones abstractas de fina técnica e imaginativo dominio formal. Su producción de los últimos años deja ver una fuerte influencia del lenguaje cerámico de nuestros pueblos originarios prehispánicos, pero repensados con sus técnicas, caracteres, calidad de fabricación.
En estos días me motivó indagar el por qué nos aficiona reconocer caras en los objetos industriales o de uso cotidiano, ilusión óptica que los estudiosos llaman “pareidolia”. Éstos fenómenos siempre existieron, sin embargo, hoy en día, muchas personas se sorprenden e incluso expresan emociones tales como -“¡wuo!”, “¡super!”, o ¡qué chiva!
Desde sus eventos iniciales, esta bienal fue asumida por las manifestaciones de los artistas jóvenes que han transformado las artes visuales costarricenses de las últimas dos décadas, y esta novena Bienarte, no es la excepción; carácter que proyecta la complejidad de la cultura en que vivimos, profunda de lectura, cuando nos preguntamos o respondemos sobre las incógnitas que se ciernen en las problemáticas sociales, políticas, económicas, y de repente pareciera estar todo claro pero a la vez esa certeza es subvertida por la i
La humanidad arriba a una encrucijada tal, que clama por saber qué hacer con tantos componentes de su cultura material, cuando abundan los productos nuevos y los ya en desuso, viejas fábricas abandonaron sus equipos por absoletos delante de lo digital y de última generación tecnológica.
En tiempos recientes, los muebles y otros objetos fabricados con carácter industrial comparten los escenarios con el arte, en galerías, museos, bienales. Se abrió un intersticio por donde la poética -con aquellas rosas rojas de plexiglas sumidas en el cuerpo transparente de la Miss Blanche de Shiro Kuramata-, motiva a sentarse sobre la metáfora misma, y desde entonces, los muebles también son portadores del relato, de la anécdota, o comentario social.
No imagino al diseñador de muebles Rodolfo Morales sentado esperando que alguien lleve a su taller un trozo de madera para que produzca un mueble. ¡Jamás!