Huecos de ciudad

Me encuentro un día por la red con estas imágenes del estudio MGR. Me llaman la atención por lo que desean comunicar con color, imaginación y algo de reivindicación. 

"Reivindicar el uso lúdico de los solares a través de la mirada de un niño, llenándolos con construcciones imposibles, instalaciones surrealistas en paralelo al problema. Un juego infantil a modo de grito de un vecino, reivindicando el derecho a participar de su ciudad", (así lo explican los miembros del estudo MGR)

Como parar a los coches desde un carrito de bebé

Hay cosas que deberían estar inventadas desde hace tiempo pero que, por alguna razón, se resisten a aparecer en el mercado. El día que las ves, te das cuenta de la falta que hacía. Muchas de ellas permanecen dormidas en los cuadernos de “ideas” que acumulan polvo en alguna estantería o acabaron su vida arrugadas en alguna servilleta de cafetería de no se bien dónde. Otras, gracias al pundonor de los que con el tiempo llamamos visionarios, se hacen realidad.

Echando el lazo

Es muy habitual crear lazos emocionales con los objetos. Algún recuerdo de la infancia, un regalo de unos amigos, o un traje que nos pusimos un día especial. Lo que es más difícil es encontrar un producto que él por sí solo, además de su funcionalidad, nos ofrezca una narrativa que consiga que lo incluyamos en nuestra propia identidad. Así el usuario ya no es un espectador, sino un cómplice.