Hipálage
Ojea.
Poco a poco, y lee.
Se producen en el transcurrir de las palabras encuentros casuales.
Entre esas casualidades, el lector y lo escrito coinciden.
Ellos alcanzan un punto de entendimiento que nos gustaría decir sobre lo mismo, o nos gustaría decir que es correcto, quizás reflexivo o intencionado.
Pero no lo es.
No.
Echa otra mirada a las palabras,