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La columna de Luis Montero: Hermanos de código.

La columna de Luis Montero

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«Tengo que decirte una cosa. Siéntate.».

Salían del entierro de sus padres. Habían fallecido en un accidente fatal de tráfico. El coche autónomo que ocupaban había decidido que ellos morirían y no aquella anciana que atravesaba la calle sin respetar el semáforo. 

«Ojalá no tuviera que decírtelo, pero creo que es mejor que lo sepas.»

Y para decidirlo había aplicado el criterio habitual. Tras una auditoría actuarial en tiempo real el sistema había concluido que la diferencia entre los seguros del matrimonio Moraveck, los ocupantes del coche, y los de la sra. Goldman, la viandante, resultaban a favor de esta. 

«Papá siempre decía que no éramos hermanos.»

Los restos del matrimonio Moraveck habían acabado fundidos por el calor provocado por el incendio del coche tras estrellarse contra el muro de hormigón que delimitaba la autopista. Sólo había quedado un amasijo de plásticos derretidos que abrazaban una estructura de aluminio y acero. 

«Decía que tú eras un bio-humano. Que habías nacido por parto natural y tu cuerpo era fundamentalmente orgánico. No como el mío.»

Habían sido enterrados en una misma urna, sus cenizas mezcladas y mezcladas con plásticos fundidos del coche. Los Moraveck y el coche permanecerían unidos para la eternidad.

«Que estaban esperando que cumplieras los 15 para potenciarte, reemplazar tu sistema nervioso original por otro mejorado.»

Los abogados les habían recomendado demandar al fabricante de coches. Que aunque había pocas posibilidades de éxito, el TOS del coche exigía la aceptación de las decisiones del coche, sean cuales fueran sus consecuencias, algunos jueces habían invalidado esa cláusula. 

«Ahora que han muerto no sé si tendremos dinero para la intervención. Me temo que vas a seguir siendo bio-humano algún tiempo. Tendrás sentimientos, tendrás necesidades. Tendrás dolores, tendrás amor.»

Eso sí, la compañía fabricante había recurrido todas esas sentencias y amenazaba a los pleiteantes con una cadena de juicios y demandas eterna que terminaría por arruinarlos antes de que el proceso hubiera terminado.

«Lo siento…»

Y tú, ¿piensas que el humano mejorado seguirá siendo humano? ¿Por qué? Estaremos encantados de leerte desde #DiseneticaExperimenta y @Disenetica en Twitter.

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