Carlos Feyerabend era Director General de AnarquIA, una compañía de IA cuyo fin era subvertir el sistema socioeconómico gracias al poder de las inteligencias artificiales. Sin embargo, el martes 18 de febrero del año pasado decidió cerrar la compañía. Y no por falta de negocio, al contrario.
Todo empezó con un briefing.
«Estimado Carlos -comenzaba- te escribimos porque creemos que este proyecto puede ser de tu interés. Sabes que somos la casa de apuestas líder del mercado, tanto en facturación como en reconocimiento de marca. Y eso sin ser los que más invertimos en presencia física, que es la principal fuente de costes. Y todo esto lo hemos conseguido gracias a una firme apuesta por la innovación y las nuevas tecnologías.
«Y aquí es donde entráis tú y AnarquIA.
«Queremos que nos ayudéis a generar un motor de IA capaz de detectar adolescentes con necesidades de refuerzo en base a su conducta en las redes sociales para, a partir de ese momento, diseñar modelos de apuestas que generen estímulos positivos semejantes al refuerzo que reciben en las redes sociales y los conviertan en jugadores premium.»
Carlos suspiró. Era la primera vez que recibía un briefing que, abiertamente, quería reforzar los sesgos de sus públicos para explotarlos económicamente.
Pero el briefing continuaba:
«Como somos conscientes que la petición puede herir algunas sensibilidades, no queremos quedarnos ahí. Queremos que esos jugadores, mediante un siguiente set de mecánicas y refuerzos, aprendan a superar su condición de jugador premium. Que piensen que han sido ellos quienes han superado su etapa apostadora y, pasado un tiempo razonable para ambas partes, terminen su relación con nosotros de una forma afable.»
No sólo querían explotarlos económicamente sino que además planeaban un divorcio amable una vez que esa explotación ya hubiera alcanzado determinado umbral. Y que, además, ese divorcio pareciera una decisión de los propios jugadores.
Aquel fue el último día de AnarquIA. La compañía ya no tenía sentido. Porque ¿cómo subvertir un mundo que ganaba dinero con la subversión?
Y tú, ¿qué opinas de explotar los sesgos humanos mediante Inteligencias Artificiales? Si bien es legal, ¿crees que es lícito? ¿Moral? ¿Por qué? Estaremos encantados de leerte desde el #DiseneticaExperimenta y @Disenetica en Twitter.