“Trabajar con mi madre es hermoso, porque no sólo compartimos la misma pasión y estética, sino una sinergia maravillosa», Vico Crocco.
Esta semana vinieron a Berlín trayendo su magia. Y fue en este caso la oportunidad de hablar con él, hijo y cocinero, de una dupla (que en realidad es trío junto a su otro hijo) que despliegan un savour affair tan único a la brasileña.
La historia comienza con ella: Heloísa Crocco. Nombre clave del diseño brasileño, absolutamente icónica y factótum de la familia, con una trabajo que la acompaño y acompaña toda una vida: Topomorfose.
Proyecto insignia del que ya hemos dado cuenta, que inició allá lejos y hace tiempo cuando, visitando el Amazonas, se quedó en shock con las venas abiertas de los árboles, que ya en ese entonces eran talados brutalmente. Sobre todo con sus anillos que quedaban al descubierto, en carne viva.
Desde ese instante, epifanía en su caso de diseño, se dedicó a imprimirlos en todo lo que toca, desde vajilla, pasando por todo tipo de textiles (algodones, lanas) hasta tablas de surf y chocolates, para generar consciencia.
De eso pasaron muchísimos años, exposiciones, diferentes productos (desde utilitarios a obras de artes como sus cuadros o murales en madera)…y una increíble casa/taller en Porto Alegre, Brasil, construida a imagen y semejanza de esos cubos de madera por el estudio brasileño Tao Arquitectura de Trajano Silva (además de una cocina y pérgola para su hijo, por el hijo de Trajano, el arquitecto Conrado Lang Silva). Y otra casa, la de Punta del Este, por Pedro Chaves Barcelos. Y taller esta vez de nuevo por Conrado Lang Silva.
Espacios que albergan familia, clientes y amigos, pero sobre todo a Vico, cocinero, con el que amalgaman proyectos y sobre todo una forma de mostrar Brasil a través de todos los sentidos que además en su caso es siempre exquisita. Es que juntos organizan eventos, talleres y sobre todo bellas experiencias donde fusionan arte y diseño con gastronomía de la mejor manera. Es que digno hijo de Heloísa, Vico es igualmente talentoso. Luego de estudiar ingeniería mecánica en Munich, Alemania, decidió que lo suyo era la cocina. Trabajo para varias estrellas Michelin de distintas partes del mundo hasta que abrió sus propias cocinas. Como ama viajar y mostrar la más original brasilidad, es parte del genial proyecto “Sabores de Brasil” dirigido por Morena Leite cocinando en las más diversas embajadas ( en estos días viaja desde Berlín a África para dar talleres de salida laboral a través de la cocina). Siempre, como su madre, mostrando de Brasil, lo más profundo y exquisito.
“Trabajar con mi madre es hermoso, porque no sólo compartimos la misma pasión y estética, sino una sinergia maravillosa. Quienes van a visitar su atelier, suelen disfrutar de mi cocina y mis clientes, se maravillan con su obra. Con lo cual desde hace un tiempo maridamos ambas propuestas, donde las experiencias creativas se vuelven integrales”, nos cuenta en Berlín, Vico.