Por un futuro con más cultura ancestral
Y por el Sur del mundo, que en muchas oportunidades debería ser nuestro Norte, el año cerró con un festival muy especial, el indígena, que albergó la más maravillosa feria de pueblos originarios, además de música, gastronomía y mesas redondas abordando distintas temáticas, nada menos que en el Museo Nacional de la República en la ciudad de Brasilia.
Apodado “Brasil es Tierra Indígena” fue una plataforma para potenciar la cultura de los pueblos originarios que en Sudamérica son grandes maestros, sobre todo cuando de sustentabilidad hablamos, además de muchos.
Por supuesto el objetivo fue y es promover su inclusión social, económica y cultural, pero en esa apuesta por celebrar su biodiversidad , nos beneficiamos todos. Brasil cuenta con cerca de 305 pueblos indígenas y 274 lenguas preservadas y emana una increíble fuerza cultural rica en técnicas, empleo de materiales e ideas.
“Con el festival buscamos el intercambio cultural y romper estereotipos, aumentando la visibilidad y representatividad”, detallan desde la organización que contó con la participación como curador de la feria del famoso diseñador Marcelo Rosembaum, histórico co-creador y promotor de sus comunidades de artesanos con proyectos que deleitan al mundo como sus trabajos en el Amazonas o con comunidades quilombolas (ex esclavos) trabajando el Capim Dorado (fibra típica brasileña que brilla como el oro).
En esta oportunidad, Rosembaum, convidó a más de 80 artesanos de los pueblos Yanomami, Macuxi, Terena, Baré, Ashaninka, Kadiwéu, Guarani, Guajajara, Tremembé, Wauja y Mehinaku, con bellísimos trabajos en todo tipo de fibras, cerámica y madera.
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