… y mucho capim dourado
Pocas semanas de diseño internacional tan abiertas y propiciadoras d el diálogo de diseñadores con artesanos, en este caso, con una población muy particular, las mujeres de las comunidades quilombolas (exesclavos) de Brasil, como la de São Paulo.
Artesanas aguerridas que transforman fibras originales de su país –el capim dourado– en todo tipo de accesorios y objetos junto a un profesional, Marcelo Rosembaum, de larga trayectoria en estos cruces.
Así, la colección Jalapoeira Apurada, y ellas mismas que estuvieron presentes para un conversatorio, dieron el presente en el Edificio Martinelli, patrimonio de la ciudad, en el centro.
Con el apoyo de WWF Brasil, el Instituto A Gente Transforma de diseño social creado por el propio Rosembaum y la Cooperativa Central del Cerrado, tres asociaciones de mujeres muestran el trabajo creativo y productivo que vienen llevando a cabo desde hace dos años. Un desafío enorme según cuentan, porque si bien todas manejan de forma virtuosa la técnica de cestería, nunca habían hecho piezas de las formas y dimensiones que les propuso el diseñador. Es que el objetivo de Rosembaum como siempre, fue emplear su saber hacer artesano, cambiando las tipologías y tamaños para buscar nuevos mercados y sobre todo volver las piezas más contemporáneas.
“Pero sobre todo se trata de un proceso de autoafirmación y empoderamiento. De orgullo y reivindicación por una tradición que además es absolutamente sustentable. Ya esta probado que nuestros pueblos originarios son los mayores guardianes de la floresta. Sólo nos queda aprender de ellos y respetarlos como los grandes maestros que son”, concluye Rosembaum. Quien por supuesto busca con esta iniciativa generar ingresos para las comunidades de las que dependen muchas familias.
Por supuesto el capim dourado no es una novedad. Basta caminar por la Avenida Paulista, una de las calles neurálgicas de una de las metrópolis más grandes del mundo, para ver puestos callejeros que venden piezas de diversa calidad en una de las materialidades más típicas y exclusivas de Brasil, pero la meta del diseñador es generar propuestas vanguardistas con una materia prima que en varios sentidos representa el oro de estas poblaciones.
Por su parte, la Feria Rosembaum, de la que fueron parte, propone sacar a la luz la verdadera “alma brasilera” promoviendo la diversidad de dicho país, con lo cual la instalación engalanaba la planta baja, puerta de entrada a una puesta que tomó parte del edificio y su terraza.