El diseño de la Academia de Música, Interpretación y Danza de Dilbeek (Bélgica) enfrenta al estudio madrileño Carlos Arroyo Arquitectos con el desafío urbano de integrar un edificio en un contexto difícil por las múltiples condiciones de borde que presenta. El resultado es un volumen con calidad propia, que supone una transición suave entre las escalas de los elementos arquitectónicos adyacentes y que refuerza la oferta de actividades de una ciudad considerada capital cultural del cinturón neerlandófono de Bruselas.
Academie MWD en Dilbeek. Carlos Arroyo, 2012.
El nuevo edificio se sitúa en el centro de la ciudad de Dilbeek, a escasos kilómetros de Bruselas, en una parcela que limita al sur con la plaza mayor, el ayuntamiento y restaurantes locales; al oeste con los volúmenes monumentales del edificio brutalista de Alfons Hoppenbrouwers que alberga el Centro Cultural Westrand; al norte con un área protegida de bosques naturales; y hacia el este con un compacto grupo de villas suburbanas con cubiertas características a dos aguas.
La propuesta de Carlos Arroyo toma su rasgo formal más característico de estas villas urbanas. Una cubierta en dientes de sierra irregulares completa un volumen de tamaño intermedio situado entre las viviendas unifamiliares y el Centro Cultural Westrand. El volumen se remata con un gran voladizo en el extremo oeste, sobre un espacio público a través del cual se accede a la academia.
Además de la forma y de la escala del edificio, la imagen juega un papel fundamental para su integración en el entorno. Los arquitectos diseñan una fachada dinámica y tridimensional de paneles quebrados que crean diferentes efectos ópticos según el punto de observación: desde el sur se visualiza una reproducción de los árboles, y desde el norte combinaciones cromáticas inspiradas en las pinturas de Alfons Hoppenbrouwers. Las superficies planas que completan la fachada se construyen con elementos metálicos de diferentes texturas que reflejan el espacio circundante.
El acceso principal conduce a un vestíbulo situado en el centro del edificio que separa el uso público del auditorio de los espacios privados de la academia: aulas, sala de ballet y sala de la orquesta. Los servicios principales, los aseos, el equipamiento técnico y la comunicación vertical se organizan en un núcleo central, que permite la futura reorganización de los espacios.
Tanto los materiales empleados como la disposición de los elementos constructivos, se corresponden con el objetivo de garantizar la máxima eficiencia energética. De ese modo, las ventanas se distribyen para proporcionar la máxima cantidad de luz natural posible, los interiores se pintan de blanco para reflejarla en todas las direcciones y las divisiones entre aulas se realizan con elementos masivos y con gran capacidad de aislamiento térmico y acústico.
Inaugurada en septiembre de 2012, la Academie MWD es el resultado de un proceso de diseño en el que se tienen en cuenta tanto las características particulares de cada uno de los elementos que la rodean (arquitectura, clima, espacio público), como las necesidades de una realidad local dinámica, social y culturalmente.
Planta primera y sección. Academie MWD en Dilbeek. Carlos Arroyo, 2012.
Arquitecto: Carlos Arroyo Arquitectos, Madrid.
Arquitectos avocados: ELD partnership, Amberes.
Estructuras: Norbert Provoost, Gante.
Instalaciones: Ingenium Engineering, Brujas.
Jefe de Obra: Pieter Broekaert.
Construcción: Diciembre 2010 – Abril 2012.
Fotografías: Miguel de Guzmán.