Un prodigio arquitectónico de 586 metros de largo
BAU, el estudio de arquitectura australiano fundado por James Brearley y dirigido junto a Fang Qun, firma un prodigio arquitectónico en territorio chino en el que el diseño, la tecnología y por supuesto, la buena arquitectura, sacan lo mejor de sí para dar vida a un verdadero monumento —funcional— a la creatividad.
Se trata del Yuandang Bridge, un puente pedestre de 586 m de largo erigido sobre el lago Yuandang y que ha conseguido unir Shanghái con la provincia de Jiangsu.
Inspirándose en la cultura y tradiciones escultóricas locales, el equipo a cargo del proyecto compuesto por Berry Pan Linlu, Zhu Qizhen, Yan Xiaoxi, Guo Liexia, Shi Zhengting, Sheng Bailu y Zhao Zheng, ha logrado completar una estructura híbrida cuya figura se asemeja a una cinta en movimiento con la que también se buscó imitar las tímidas olas que pueblan el cuerpo de agua a sus pies.
La propuesta de la gente de BAU destaca también por su pluralidad y prestaciones. Además de como paso de peatones, bicicletas y otros vehículos no motorizados, el Yuandang Bridge se presenta como un espacio de ocio versátil y sumamente dinámico en un contexto realmente espectacular.
La acertada incorporación de puntos y espacios verdes dotan a la estructura de un semblante casi mágico, llegando a parecer por tramos «un jardín flotante que conecta las dos orillas», comentan reprobables del proyecto.
Un último punto a destacar es el pabellón. Brillante. Se trata de una espectacular volumen de corte vanguardista conseguido a través de modelados matemáticos contemporáneos que, aunque en clave «geométrica», sus rasgos orgánicos ofrecen un entorno amable y cercano. «El Yuandang Bridge es un espacio dinámico donde conviven ecología, transporte, paisaje y cultura».
