Diseño con un punto canalla
El estudio de arquitectura Mesura es el responsable del diseño del restaurante Caballa Canalla, situado en pleno corazón del barrio de la Barceloneta, más concretamente en el interior del mercado. Con acentuado aire mediterráneo, el proyecto de reforma del local nació de la idea de crear un local gastronómico de referencia para el heterogéneo público de un barrio en pleno proceso de renovación.
Situado en el popular Mercado de la Barceloneta, Caballa Canalla es un claro homenaje al espíritu mediterráneo y a la tradición pesquera del barrio, hoy en pleno proceso de renovación. El proyecto fluyó de manera muy natural, según explican desde Mesura, una vez definida la atmósfera que se pretendía conseguir: un ambiente cuidado y de calidad, pero con un punto canalla.
Para llevarlo a cabo se contó con un equipo multidisciplinar, y teniendo muy presentes los conceptos esenciales del mismo: la mediterraneidad, el carácter local de un barrio tan singular y la cocina de mercado. La reforma del local presentaba un interesante reto para el estudio: unificar los dos niveles del restaurante que, hasta ese momento, pertenecían a dos locales diferentes. La conexión entre ambos niveles se plateó como una transición de lo más público a lo más privado: desde la plaza al porche, y de la terraza al interior, de una manera fluida.
El resultado final son dos niveles claramente diferenciados. La planta baja, de superficie acotada, se abre a la plaza mediante una terraza con porche, convirtiéndose así en un espacio de carácter extrovertido, en contraposición al nivel superior, un espacio de superficie generosa pero a la vez con un aire más introvertido debido a la cubierta que lo cubre, tan característica del Mercado de la Barceloneta, y que se extiende hasta la propia plaza. El nexo de conexión entre ambas plantas constituye el punto neurálgico del proyecto: una gran pasarela a 120 cm de altura.
Para la decoración del local se ha huido de modas, escogiendo materiales propios de la cultura mediterránea. En el nivel inferior, concebido como espacio diurno, se han usado tonalidades claras y neutras. El revoco blanco, propio de las viviendas de la Costa Brava o de las Pitiusas, se ha aplicado en paramentos y techos a modo de proyectado acústico, solucionando así uno de los problemas de confort de la planta baja. Los pavimentos son de microcemento, y se han usado materiales con pátina como el ratán y el sizal. El espacio lo completa una cocina show-cooking abierta al comedor principal y a la terraza, en la que la barra, de mármol blanco veteado, recuerda a las cocinas de obra de las masías catalanas. En la planta superior, más asociada a cenas y copas, el estudio se decantó por usar tonalidades más oscuras, pero manteniendo los materiales usados en el piso inferior. Aquí, el protagonismo lo tienen una serie de lámparas de suspensión con pantallas de mimbre trenzado. “Este ‘vals’ de luminarias evoca las redes y jaulas de pesca, tan presentes antaño en el barrio, de claras raíces pesqueras”, explican desde el estudio.
Al igual que en el nivel inferior, aquí también la cocina esta abierta al comedor. Para la pasarela que une ambos niveles se ha usado como alicatado –tanto en pavimentos como en paramentos– baldosa cerámica de toba catalana, típica también de las masías del Empordà. Una pasarela que es el punto central del proyecto, y que constituye “un privilegiado balcón desde donde contemplar una escenografía muy propia de la Barcelona: la plaza al fondo, con su ir y venir de vecinos y turistas, el bullicio de la barra, con sus asiduos feligreses, y los fogones, el auténtico corazón de la cocina de mercado del Caballa Canalla”.