Un verdadero monumento a la arquitectura no invasiva
Tetro, la práctica de arquitectura brasileña dirigida por Carlos Maia, Débora Mendes, and Igor Macedo, firma Casa Açucena, una excepcional vivienda unifamiliar que gracias a un cuidado diseño y excepcional ejecución, se erige como un verdadero monumento a la arquitectura no invasiva.
Ubicada en una de las tantas laderas de Nova Lima, Minas Gerais, en el palpitante corazón del Bosque Atlántico, Casa Açucena disfruta de un entorno único desde las alturas, así es, construida sobre enormes pilones que se confunden con los arboles que la rodean, el volumen principal, en blanco impoluto, parece levitar en la flora mineira.
«El proyecto es una respuesta a una lectura sensible del terreno, donde el primer contacto dictó la necesidad de mantener sus características naturales. El acto de mirar hacia arriba, desde el suelo hasta el dosel de los árboles a 15 metros de altura, fue decisivo para la creación de un concepto que aborda el desafío de construir en un lugar con una topografía tan empinada, al tiempo que se mantiene el entorno y se brinda a los residentes la experiencia diaria de contemplación naturista», comentan desde Tetro.
Efectivamente, desde un principio la idea fue que la arquitectura debería moldearse al terreno, y no al revés. Casa Açucena pendula en un equilibrio armonioso entre el arte y la naturaleza, ocupando los espacios vacíos, sin quitar nada ni alterar la unicidad del enclave. A partir de ese punto, todas las decisiones de diseño se tomaron como respuestas para reforzar ese concepto.
«La casa parece flotar… Casa Açucena se presenta como una flor blanca en medio de la naturaleza».