Casa Mororó confronta las esencias del cristal, la madera y el acero en un paisaje natural donde las bajas temperaturas y las dificultades del terreno imponen sus condiciones. El proyecto, diseñado por el estudio de arquitectura brasileño Studio MK27, propone una vivienda longitudinal de 65 metros de largo que se adapta a la perfección al entorno natural, un bosque de pinos.
Casa Mororó, Studio MK27, 2015.
Situado a 180 kilómetros de São Paulo, Casa Mororó descansa en una región montañosa conocida por sus bajas temperaturas. Rodeada totalmente por un bosque de pinos, la vivienda proyectada por Studio MK27 aspira a crear un espacio acogedor y en comunión con la naturaleza.
La sencillez estructural, su carácter horizontal y la austeridad de los materiales resuelven un proyecto cuya premisa inicial era construir una vivienda rápida y a bajo coste. Para ello el estudio de arquitectura paulista opta por el uso de elementos prefabricados, abaratando el precio de la vivienda y acelerando el proceso de construcción.
Casa Mororó se configura a partir de una estructura rectangular de 65 metros de largo. El edificio se desarrolla horizontalmente a través de un único volumen de una sola planta. Bajo este espacio descansa una plataforma de madera que eleva la edificación del terreno escabroso y protege el interior de la humedad. Una cubierta a dos aguas corona toda la extensión de la vivienda.
La fachada se compone de dos cuerpos de naturaleza contrapuesta. El primer de ellos consiste en una estructura de metal corrugado que ocupa la mayor parte de la vivienda y acoge las dependencias interiores. Este cerramiento, opaco y con apenas un par de puertas corredizas, contrasta con la transparencia del segundo cuerpo, una extensión de cristal y perfilería de acero que protege la piscina y sauna.
El espacio interno se distribuye en compartimentos espaciosos y aislados térmicamente para proteger a sus habitantes de las bajas temperaturas del invierno. Tanto el mobiliario como la arquitectura interior optan por el uso de materiales naturales, especialmente la madera y la piedra. Las casas de montaña tradicionales inspiran un conjunto que se propone ofrecer la máxima comodidad y confort.
Un amplio salón protagoniza la entrada de Casa Mororó. Esta estancia comparte espacio con la cocina y el comedor, definiendo una habitación flexible e híbrida. El resto de dependencias se distribuyen linealmente a través de un largo pasillo que desemboca finalmente en el gimnasio. En el extremo de la vivienda descansa un pequeño solárium destinado a los meses de estío.
Nombre: Casa Mororó.
Autor: Studio MK27.
Localización: Campo de Jordão, São Paulo, Brasil.
Fecha de finalización: 2015.
Terreno: 17.800 m².
Área construida: 730 m².
Interiores: Diana Radomysler.
Paisajismo: Consuelo Grossi Pereira.
Ingeniería industrial: Leão Engenharia.
Aislamiento térmico: Leonardo Monteiro.
Acústica: Harmonia Acústica.
Constructora: Alle Engenharia.
Jefe de obra: Antonio Ribeiro dos Reis.
Fotógrafo: Fernando Guerra.