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Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. Buen diseño colombiano

Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto

Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto

Casa Olivera trasciende su condición funcional para generar un ámbito doméstico casi inmaterial

A5, el estudio de arquitectura colombiano fundado y dirigido por Tomas Vega y Camilo Ramírez, ha completado un soberbio proyecto en las sierras de Medellin. Se trata de Casa Olivera, una vivienda unifamiliar formalmente atrevida que pendula entre un refugio de montaña y un pabellón neoindustrial.

De corte monolitico y a dos aguas, Casa Olivera destaca principalmente por una imponente piel negra conseguida con tabletas de concreto. Esta decisión dota al conjunto de un empaque y sofisticación superlativo. Los exteriores se completan con unas más que generosas aberturas (que en ocasiones se extienden hasta el propio techo) y las facetas laterales totalmente vidriadas.

¿Los interiores? Simplemente arrolladores. Pivotando sobre un imponente espacio central de ocho metros de altura, las estancias, diáfanas y versátiles, se ubican en dos diferentes alturas. Mucha madera con tratamiento natural, un acertado interiorismo —a cargo de Adrede— y el «esqueleto» metálico visto que sostiene toda la estructura, terminan por cerrar un proyecto arquitectónico potente desde lo visual e interesante desde lo conceptual.

«La flexibilidad de su diseño le permite reconfigurarse para una futura familia, siempre en torno al vacío concebido como un lugar para la reunión. Si la casa es más que la suma de sus partes, este proyecto trasciende su condición funcional para generar un ámbito doméstico casi inmaterial, donde cada parte puede jugar muchos papeles y donde el todo se mezcla con el paisaje y el cielo», aseguran responsables del proyecto.

Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
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Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
Casa Olivera, el pabellón/refugio de A5. © Felipe Valdes / Mateo Soto
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