Las ciudades, al igual que los organismos vivos, pueden sufrir cuadros de ansiedad. El pabellón Cicada del finés Marco Casagrande propone una operación de acupuntura urbana en donde el viandante encuentra un refugio de bambú en el contexto de masificación urbana de la ciudad de Taipei.
Vista exterior de Cicada, Marco Casagrande, 2011.
Situado en una zona urbana en crecimiento de la capital taiwanesa, Cicada sirve como espacio público y como taller para estudiantes universitarios.
El pabellón, de 34 metros de longitud, 12 de ancho y 8 de alto, se sustenta a través de una carcasa de tallos de bambú entrelazados. Casagrande describe la estructura como el resultado de la mezcla de las técnicas locales del trabajo del bambú con la acumulación improvisada de los nidos de insectos.
El interior de la estructura dispone de un espacio de 270 metros cuadrados que permite aislar al visitante del tejido urbano y protegerlo de la contaminación acústica. En el centro de la techumbre, una claraboya ofrece una mirada al infinito sin que por ello resulte anulada la luz tamizada que se filtra por los muros.
El suelo, pavimentado con fragmentos de rocas sueltas y bordeado con pilas de leños, acoge una hogar para el fuego y un conjunto de asientos fabricados en metal. El uso de estos materiales proporciona al lugar de un atmósfera primitiva que quiere conectar con las verdaderas necesidades humanas. “El espacio engulle al hombre moderno y le ofrece la posibilidad de retroceder mil años en el tiempo para descubrir que las cosas no han cambiado”— defiende el arquitecto.
Nombre: Cicada.
Arquitecto: Marco Casagrande.
Gerentes del proyecto: Delphine, Peng Hsiao-Ting / JUT Group, Nikita Wu / C-LAB Casagrande .
Localización: Taipei City, Taiwan.
Medidas: 34 x 12 x 8 metros.
Espacio interior: 270 m2.
Materiales: Bambú, cemento, cristal. acero y tierra