El reconocido estudio de arquitectura Cruz y Ortiz, con sede en Sevilla (España) y Amsterdan (Holanda), confirma su impecable trayectoria profesional al finalizar su intervención en el espacio para exposiciones temporales Philips Wings, que ha sido adaptado a las nuevas exigencias museísticas del Rijkmuseum (Museo Nacional de Amsterdam) del que forma parte. De este modo, se concluye la última fase del ambicioso proyecto de remodelación del museo que comenzó, por iniciativa gubernamental, hace más de una década.
En abril de 2013 reabrió sus puertas al público el Riksmuseum (Museo Nacional de Amsterdam), que, tras más de una década de profundas reformas, mostraba al visitante un aspecto renovado. Antonio Cruz Villalón y Antonio Ortiz García han sido los principales arquitectos de un proyecto de reestructuración enormememente complejo en el que se ha optado por crear sinergias entre elementos antiguos y nuevos y que ha obtenido, además, numerosos premios internacionales, entre ellos el Abe Bonnema Prize, el Gouden AAP o The Icon award and FAD.
También, la descontextualización de los elementos preexistentes y su combinación con estructuras nuevas es uno de los rasgos definitorios de la intervención realizada en el Philips Wings, un espacio que ha conservado su función como sede de exposiciones temporales mientras duraban las reformas en el edificio principal.
De hecho, el Philips Wings tiene su origen en un grupo de edificios construidos por Pierre Cuypers y su hijo entre los años 1898 y 1916 y que se conocía como el Fragments Building, pues estaba formado con partes de los edificios más característicos de Holanda, que, de otro modo, probablemente no hubieran llegado a nuestros días. Los arquitectos intervienen en el espacio desechando algunas de las reformas que se han hecho a lo largo del siglo XX y, al mismo tiempo, conservando y confiriéndoles nuevos usos a algunos elementos.
También en el Philips Wing, igual que en el edificio principal, los arquitectos abren el patio y le otorgan un papel protagonista. A pesar de ser menos luminoso que el atrio del edificio principal, el patio del Philips Wing cumple una función semejante y el visitante podrá entrar desde este espacio central al área de exposiciones. Asimimo, la posición del acceso al patio representa una novedad con respecto a todas las intervenciones anteriores, ya que por primera vez la puerta al Philips Wings no se organiza desde el exterior sino que se orienta al edificio principal desde el que se entra ahora en el atrio.
Gracias a la apertura del patio se ha descubierto la Fachada de Breda, reconstruida por el arquitecto Cuypers y formada por elementos originales de los Nassau Stables de Breda. Ahora comparte espacio en el nuevo atrio con estructuras y materiales típicamente contemporáneos, en otro ejemplo de la mezcla de lo antiguo y lo nuevo que define el proyecto. De hecho el atrio recurre a la piedra caliza Cascogne Azul de Portugal, cuenta con un techo acústico, más conocido como chandelier, está rodeado por blancos muros llenos de luz y presenta también elegantes balaustres de color gris.
A través de la fachada de Breda, en la planta baja —donde también encontramos un restaurante de lujo al que se accede desde la calle gracias a una intervención que ha sustituido las ventanas originales por siete puertas—, se puede entrar en la nueva sala de exposiciones. Una elegante escalera lleva al espectador a la primera planta, donde se hallan las salas de exposiciones propiamente dichas, unas galerías que han sufrido muchas menos modificaciones que la zona del atrio. De hecho, los muros trasdosados originales también se conservan, a pesar de modernizarse.