Esencial, monolitico, funcional,… perfecto
Una de las cosas que se tienen realmente claras cuando se decide construir una casa en un enclave paradisiaco inhóspito, es poder disfrutar de las vistas, tener acceso a ellas, conectar, vivirlas. Pero cuando se trata de lugares cuyas condiciones meteorológicas adversas solo se comparan con su belleza, idear una residencia que saque un máximo partido a su entorno sin poner en riesgo la eficiencia energética, vuelo estético, o por supuesto, el bienestar de sus ocupantes, no es una tarea sencilla.
En este sentido, RRA, el galardonado estudio de arquitectura noruego fundado y dirigido por Reiulf Ramstad, ha concebido un espectacular refugio de montaña en el corazón mismo del valle de Hallingdal, al sur de Noruega, famoso por sus pistas de esquí y exuberante naturaleza. Se trata de Split View, una segunda vivienda de 130 m2 donde el magistral uso de la madera, la implementación del acero y su atípica disposición espacios, la convierte en todo un referente en este tipo de edificaciones.
Cada uno de los cuatro volúmenes que componen la Split View, relativamente independientes y de distintos tamaños, comparten las mismas líneas: a dos aguas, revestidos con flejes longitudinales de madera natural y con aberturas sumamente generosas, hasta llegar en algunos casos, a facetas enteras.
Los interiores, más de lo mismo —o mejor—. Entre juegos de alturas, la omnipresente madera salvaje que por momentos se confunde con el mobiliario o la aparente ausencia de herrajes, convierten cada estancia en espacios únicos, minimalistas pero cálidos, sofisticados pero familiares. En definitiva, otro acierto de RRA.