Cemento, hormigón y mucho talento. Un refugio citadino en plena naturaleza
Carvalho Araújo, el estudio luso fundado en 1996 por el arquitecto José Manuel Carvalho Araújo, ha completado un proyecto residencial ubicado a las afueras del Parque Nacional de Peneda-Gerês, uno de los parajes naturales más importantes de Portugal.
Teniendo en cuenta las excepcionales características del entorno, la propuesta debía, como mínimo, estar a la altura. Con este reto por delante, el equipo a cargo del proyecto, compuesto por Joel Moniz, Alexandre Branco, Helder Ferreira, Hugo Carvalho Araújo, Inês Braga, Joana Nunes, Sandra Ferreira y el propio Carvalho Araújo, se decantó por el cemento como material estrella para hacer de Casa na Caniçada —como ha sido bautizado el trabajo—, un pieza arquitectónica de referencia en la región.
Un único volumen, a dos aguas, rasgos monolíticos y aberturas monumentales (como no podría ser de otra manera), son el preámbulo perfecto para unos interiores que, en cemento desnudo, enamoran por su meditada fisonomía angulosa.
A pesar de su relativa baja altura, se han conseguido tres niveles distintos: el primero de ellos, incrustado en la ladera (con una sola salida), destinado a los espacios comunes; el segundo, con el mismo uso pero con salida a ambas lados, se materializa como un diáfano e imponente salón en pleno contacto con la naturaleza; y por ultimo, el nivel superior, está consagrado a las estancias privadas. «En el terreno circundante se minimizó la intervención con el fin de preservar la densidad de la vegetación, asegurando la sensación de protección que brinda el entorno natural del paraje», comentan desde el estudio ubicado en la ciudad de Braga.
Casa na Caniçada es, además de un buen ejemplo diseño y arquitectura contemporánea, una muestra de cómo es posible edificar en entornos naturales sin caer en lugares comunes. Un refugio citadino en plena naturaleza.