Responder a las necesidades y a los problemas sociales de Makoko
El estudio de arquitectura y urbanismo NLÉ, con oficinas en Amsterdam (Países Bajos) y Lagos (Nigeria), construye un prototipo de edificación flotante mediante una estructura triangular de madera y bambú sobre una plataforma de barriles de plástico reciclados. Con este proyecto, el equipo NLÉ, dirigido por el arquitecto Kunlé Adeyemi, pretende responder a las necesidades y a los problemas sociales de Makoko, una localidad con una población costera que ronda los 100.000 habitantes y que se asienta en una gran laguna situada en la periferia de Lagos.
Makoko, uno de los símbolos más dramáticos de la pobreza urbana de Nigeria es un asentamiento de pescadores, gentes de las etnias yoruba, egun, ilaje e ijaw, que, procedentes de las actuales Togo y Benin, llevan ya casi 200 años en este lugar. Carentes de todo tipo de servicios y en un contexto de extrema pobreza, las edificaciones de Makoko se sitúan encima del agua y constituyen una enorme barriada de chabolas elevadas sobre pilares de madera y envueltas en un insoportable olor a miseria, orina y tripas de pescado. Precarias y frágiles como la vida de sus habitantes, las casas de Makoko sufren el cambio climático, las inundaciones y las intensas precipitaciones características de África occidental que amenazan sus estructuras y perjudican su uso. Además, debido a su posición privilegiada, estas barracas sufren la implacable codicia especuladora del gobierno local que las ha declarado ilegales y pretende derribarlas como ya hizo con otros asentamentos populares de la ciudad.
En Makoko, uno de los tantos lugares que nunca recibieron un sólo centimo de la riqueza generada por el petroleo –Nigeria es el octavo productor mundial de crudo–, hablar de agua potable, electricidad o educación es todavía un sueño que se resiste a despertar. El pescador Timothy Azinkpono también defendía su sueño y su casa cuando en julio de 2012 perdíó la vida en unas protestas contra el derribo de Makoko. Pero lo sueños compartidos resurgen insistentes una y otra vez. Y ahora lo hacen como una escuela flotante de madera y bambú construida sobre 256 bidones de plástico. Su existencia se la debemos a Kunlé Adeyemi, el arquitecto de NLÉ que, además de autor, es promotor de este prototipo.
Símbolo de una esperanza que algunos ya bautizaron con la expresión Venecia de África, de momento el prototipo de NLÉ supone un modelo para la mejora de la habitabilidad del distrito lagosense y una alternativa al desalojo de una población pesquera que se vería desplazada y despojada de su única fuente de subsitencia. Además, esta escuela primaria flotante, pensada para la educación de cien niñas y niños de Makoko, es sólo el primer paso de un mucho más ambicioso denominado Lagos Water communities Project. Su objetivo consiste en la reproducción de este modelo arquitectónico para la construcción de viviendas flotantes y otras infraestructuras aptas para la mejora de las condiciones de vida de los habitantes de Makoko y de otras poblaciones costeras del continente africano.
NLÉ considera el urbanismo y el proyecto como herramientas al servicio de las personas para la consolidación del tejido urbano y comunitario. En este sentido, la construcción de la escuela se ha llevado a cabo en colaboración con los habitantes en Makoko, aprovechando los conocimientos de la comunidad y aprovechando la ocasion para generar puestos de trabajo y fortalecer el sentido de pertenencia. Este enfoque participativo ha permitido abordar las necesidades sociales reales y poner a punto un sistema de construcción alternativo donde el impacto ambiental es minimizado. Así, se han empleado materiales locales –madera y bambú– para reducir al mínimo los costes del transporte de los elementos de construcción y se han considerado estándares de sostenibilidad ambiental con baja emisión de carbono, reducción de residuos y energías renovables.
En marzo del 2013 se finalizó la obra de la Escuela de Makoko. El resultado es una construcción en tres niveles que cuenta con un área de juegos en la planta baja, cuatro aulas en la primera planta y dos zonas de trabajo en la parte superior. Con unas dimensiones de 10×10 metros en planta y 10 metros de altura, dispone de paneles solares para proporcionar electricidad y cuenta con un sistema para la recolección del agua pluvial que facilita el uso de los inodoros de compostaje, instalados para contrarrestar la inexistencia de un sistema de alcantarillado.
El proyecto, que un inicio fue autofinanciado por el propio arquitecto NLÉ, más tarde recibió fondos de investigación de la Fundación Heinrich Böll Stiftung y del Ministerio de Medio Ambiente de África del Programa de Adaptación del PNUD / Federal (AAP). Sin embargo, pese al apoyo explicito de Naciones Unidas, nadie conoce todavía el futuro de esta escuela. Dos meses después de su inauguración, el 25 de abril de 2013, representantes del gobierno nigeriano la consideraban todavía «una estructura ilegal construida sin el permiso del Estado».
Equipo: Kunlé Adeyemi, Lisa Anderson, Thijs Bouman, Leslie Ebony, Marije Nederveen, Segun Omodele, Adekunle Olusola, Chryso Onisiforou, Martin Oreoluwa, Berend Strijland, Monica VelascoUbicación: Makoko Waterfront
Superficie Construida: 220 m2
Colaboradores: Blok Kats van Veen Architects, Dykstra – Naval Architects, Thieu Besselink, Roel Bosch, Urhahn + Borra, Pieters Bouwtechniek, Ikeyi & Arifayan, Solarmate Engineering Ltd., Renderings Tim van Bentum
Fotografía: Iwan Baan, NLÉ