Influido por los principios de planificación del pasado, el interior del pabellón evoca las estrechas calles peatonales y los patios de las antiguas ciudades del desierto. Para transmitir una sensación distintiva respecto al resto de pabellones, en su construcción se utilizarán materiales que representen los tonos y texturas del desierto. Al pabellón, que ocupará un espacio extenso en el centro de la Expo, se accederá a través del decumanus, un eje de circulación conformado por un espacio que recreará un gran cañón, definido por dos muros ondulantes de 12 metros de altura. Dichos muros continuarán en el interior del edificio a lo largo de 140 metros, en una serie de ondas paralelas que unificarán el espacio con un lenguaje formal dinámico, diseñado para evocar el perfil y la textura de las dunas. Desde ahí, una rampa equipada con sistemas de realidad aumentada dirigirá a los visitantes al auditorio, ubicado en el tambor central. Tanto paisaje alrededor del pabellón como las zonas verdes públicas se han diseñado para evocar el terreno y la flora de los Emiratos Árabes Unidos.
