Según palabras de Ben van Berkel, arquitecto principal de UNStudio, Galleria Centercity en Cheonan (Corea del Sur) responde al momento actual en el que se encuentra la arquitectura de los espacios comerciales de gran escala, que han evolucionado hasta adquirir la capacidad de albergar reuniones sociales y culturales. Es por eso por lo que el estudio planteó como punto de partida diseñar un edificio dinámico, capaz de satisfacer la creciente demanda de programas públicos y de integrarlos armónicamente en espacios privados con vocación lucrativa.
Galleria Centercity, UNStudio, 2010. Fotografía de Christian Richters.
Cheonan es un área urbana en desarrollo, a 80 kilómetros al sur de Seúl, con fácil accesibilidad por carretera y en tren, gracias al recientemente concluido enlace en tren de alta velocidad. Alrededor de la nueva estación de la línea de alta velocidad, actualmente en construcción, se produce la entrada al nuevo desarrollo urbano, en la que actúa como hito la Galleria Centercity, visible desde todos los puntos de aproximación pues aprovecha al máximo el carácter estratégico de su ubicación.
En lugar de desarrollarse el diseño como resultado de unos presupuestos estándar, nace de la observación de los comportamientos de los usuarios en los espacios comerciales en el sudeste asiático, donde cumplen una función social determinante. Son lugares en los que la gente se reúne, come, bebe, compra o simplemente observa los escaparates. Condiciones todas que ofrecen al arquitecto la oportunidad de realizar una interpretación de su utilidad que vaya más allá de la simple eficiencia y rentabilidad, que busca proporcionar una experiencia estimulante al usuario.
En el exterior esto se traduce en una apariencia en permanente cambio, con fachadas en doble capa articuladas en montantes verticales que dificultan la lectura de su escala real, pues sus 10 plantas reales sobre rasante y 6 bajo rasante quedan ocultas. En el interior, ese juego de escalas y dimensiones se mantiene de forma tan radical como en el exterior. A la entrada, el centro comercial se revela como un espacio desplegado en capas, que invita a ser recorrido a medida que uno se mueve a través de él.
El fluir dinámico del usuario por los espacios se convierte en el principal argumento arquitectónico de esta construcción. La arquitectura de los 66.000 metros cuadrados del edificio presenta un aspecto deliberadamente cambiante en todo su perímetro.
La fachada se resuelve con una superposición de doble rejilla, ligeramente diferentes, y con líneas giradas en ángulos de tal forma que producen un efecto muaré, que junto con los efectos multimedia garantizan un exterior que varía constantemente su aspecto. La doble capa de cerramiento incorpora estrategias de abertura, lo que proporciona iluminación natural, mientras que la capa interior sirve de protección solar, a la vez que asegura la refrigeración.
La finalidad es crear una ilusión óptica: durante el día, el edificio tiene una apariencia monocromática, mientras que por la noche, se generan luces multicolores que iluminan toda su superficie, cuyo desarrollo se realizó en paralelo con la arquitectura. Las animaciones generadas por ordenador se incorporan al diseño de la iluminación y se refieren a los distintos programas contenidos en el edificio, con lo que se facilita una comunicación y promoción de forma integral, orientada al entorno urbano, y se evita así crear una plataforma con efecto de valla publicitaria.
En el interior, ese dinamismo se consigue con la acumulación de bandejas redondeadas apiladas en largas columnas. La repetición de las curvas, realzadas por tiras de iluminación en la parte inferior de las bandejas, lo dotan de un carácter distintivo.
Cuatro grupos programáticos, en paquetes de tres plantas que contienen espacios de uso público, se relacionan con un vacío central. Ese mecanismo de organización impulsa el flujo de los visitantes hacia arriba a través del edificio, desde el atrio hasta la cubierta. Además, permite al espacio central abarcar los mapas y otros sistemas de localización, las circulaciones verticales y funcionar como atracción para entrar en el centro comercial. Estas conexiones visuales y espaciales contribuyen a generar un entorno vivo y estimulante, en el que el usuario es el actor principal.
Relación del volumen con el entorno. Galleria Centercity, UNStudio, 2010.
Arquitecto: UNStudio, Amsterdam.
Realización: 2008-2010.
Equipo de diseño: Ben van Berkel, Astrid Piber, Ger Gijzen, Marc Herschel, Marianthi Tatari, Sander Versluis, Albert Gnodde, Jorg Lonkwitz, Tom Minderhoud, Lee Jae-young, Woo Jun-seung, Constantin Boincean y Yuchen Li.
Interiores: Ben van Berkel, Astrid Piber, Ger Gijzen, Cristina Bolis, Veronica Baraldi, Lee Jae-young, Felix Lohrmann, Kristen Hollmann, Albert Gnodde, Martijn Prins, Joerg Lonkwitz, Malaica Cimenti, Florian Licht, William de Boer, Eelco Grootjes, Alexia Koch.
Ejecución del proyecto, supervision y paisajismo: GANSAM Architects & Partners, Seoul, Korea.
Equipo de diseño: Kim Tai-jip, Han Ki-young, Nam Myung-kwan, Yoon Chang-bae, Park Seong-beom, Kwon Na-young, Nam Young-ho.
Interiores: Lee Seung-youn, No Se-hyo, Ryu Hee-won, Na Min-hee.
Fotografías: Christian Richters y Kim Yong-kwan.