956 m2 donde la mezcla de materiales y formas lo son todo
Kariouk Architects, la práctica canadiense propiedad de Paul Kariouk, firma una monumental residencia privada donde la mezcla de materiales, texturas, formas e influencias, lo son todo.
Se trata de Forest Retreat, una segunda vivienda ubicada en los bosques de Caledon, un paradisíaco pueblo canadiense a las afueras de Ontario famoso por imponente naturaleza. Y es justamente esta circunstancia la que definió en gran medida la vida y personalidad de todo el proyecto. «Históricamente, la identidad canadiense ha estado definida por nuestra relación con la tierra. Cumpliendo el mandato del cliente, la casa honra esa conexión emocional a través de la armonización visual y material con su entorno, pero además, a través del abastecimiento responsable de materiales y la adaptación al sitio, así como de sistemas de ahorro de energía», comenta Kariouk.
Ya con las ideas y objetivos más que claros, un equipo compuesto por Chris Davis, Adam Paquette, Joel Tremblay, Mark Meneguzzi y Paul Kariouk a la cabeza, se entregó a la tarea de confeccionar un volumen arquitectónico lo suficientemente cálido para trasmitir cercanía y familiaridad pero, al mismo tiempo, abierto a su magnífico entorno y acorde a las vanguardias estéticas de los tiempos que corren.
«Uno de los objetivo clave del diseño era lograr un enfoque contemporáneo de la calidez y evitar las formas de caja modernistas. El espacio continuo de la casa, con solo dormitorios y baños cerrados, es un diseño que apoya la cercanía familiar. Las áreas familiares y de los padres están en el nivel principal. Los dormitorios de los niños forman un solo volumen revestido de pizarra, suspendido a 12 metros sobre la planta principal por la viga de cumbrera y accesible por una pasarela».
Por supuesto, el aspecto más diferencial y distintivo del diseño es el largo techo en forma de tienda de campaña revestido de cobre que sigue la topografía del sitio. «Un desafío técnico vital fue la estructura del techo, que, a pesar de sus 60 metros de longitud, fue diseñada e ingeniería para parecer ligera. En el lado de entrada de la casa, el techo se eleva como el ala de un pájaro sobre el volumen del garaje debajo, protegiendo una terraza al aire libre».
Otro aspecto a destacar de la propuesta de Kariouk y su gente ha sido cómo consiguieron reinterpretar el mandato del cliente de «rusticidad» al implementar mano d obra artesanal en lugar de intentar imitar una estética que emerge de una era preindustrial. «La construcción contemporánea está muy entrelazada con la tecnología pesada y los componentes producidos en masa, sin embargo, este proyecto muestra cómo la artesanía todavía puede expresarse».
Así, incorporando un uso significativo de accesorios de acero expuestos fabricados por artesanos locales, y paneles hechos a medida para paredes y techos por carpinteros locales, incluido el eco de los patrones tradicionales de tejas de pizarra, se logró una fisonomía única con una personalidad definida y original. «La intención aquí no es evitar los métodos de construcción modernos, como podrían hacerlo algunas casas de postes y vigas de madera pesada… era aportar alma a la casa pensando y resolviendo los detalles en persona y a mano, y no simplemente en una pantalla de ordenador».
