Adecuando el concepto de arquitectura a las condiciones del entorno, Alberto Campo Baeza concibe Casa Rufo, una vivienda en lo alto de una colina a las afueras de Toledo. Realizada enteramente en hormigón armado, la construcción preside un espacio con vistas hasta las montañas de Gredos.
Para dominar el paisaje, el arquitecto construye una plataforma con la que ganar altura, un podio longitudinal de tres metros de altura y seis metros de anchura, de lado a lado, tan largo como lo es la parcela, la cual presenta un desnivel de 10 metros.
En el interior de esta larga caja se desarrollan todas las funciones de la vivienda, un espacio se articula como una sucesión de patios y estancias. La zona de estar y comedor se abre al jardín, mientras que los dormitorios se vuelcan a los patios para proveerse de luz al tiempo que de privacidad. En la parte trasera de la sala estar se sitúa la escalera, que comunica con el plano superior.
Mientras el piso inferior se destina al reposo, la planta superior se concibe hacia el exterior, un espacio volcado al terreno para disfrutar del entorno. Un palio con diez pilares de hormigón de sección cuadrada soportan una sencilla cubierta que alberga un salón acristalado. Una serie de álamos separa y protege de la vivienda situada junto a la casa.
Con este proyecto el arquitecto vallisoletano pone de nuevo de manifiesto la razón en la arquitectura, donde las construcciones deben estar al servicio de las condiciones del usuario y del entorno. Asimismo retoma la teoría de Semper, la arquitectura tectónica sobre la estereotómica, para diferenciar la parte del edificio que establece el contacto mínimo con la tierra y se desligar de ella, frente a la parte pesante en continuidad con la tierra, de nuevo la cabaña sobre la cueva.
Bocetos de Casa Rufo, Alberto Campo Baeza, 2007.
Planta.
Sección.
Arquitecto: Alberto Campo Baeza
Finalización: 2010
Ubicación: Toledo
Superficie: 2.400 metros cuadrados
Fotógrafo: Javier Callejas