La Balma: asequibles, viables, eficientes,… así son los pisos cooperativos de Lacol y Laboqueria

Y nada menos que en el corazón de Barcelona

Uno de los mayores problemas de las grandes ciudades es el precio de la vivienda. Siempre al alza, su acceso ha quedado restringido para la gran mayoría de sus habitantes. ¿Y si fuera posible diseñar pisos estéticamente atractivos, funcionalmente inapelables y económicamente viables? Pues bien, en este sentido, las prácticas de arquitecturas catalanas Lacol y Laboqueria firman La Balma, un interesante bloque de viviendas barcelonés que hace de la eficiencia, la asequibilidad y el buen gusto, las únicas y verdaderas razones de su existencia.

Ubicado en el Poblenou, uno de los barrios más antiguos de la ciudad condal, hoy convertido en hogar y destino de tecnológicas, espacios creativos y ocio alternativo de gran proyección, la propuesta de la gente de Lacol y Laboqueria destaca aún más si cabe. Vamos a ello.

En un primer visionado La Balma podría llegar a pasar desapercibida pero su larga lista de aciertos poco a poco va desvelándose hasta convencer al observador de su intrínseca y arrolladora belleza. Una imponente piel metálica, que viste el volumen principal y las 20 viviendas que contiene, contrasta con la deliciosa estructura de madera desnuda que lo resuelve casi todo, escaleras, rellanos, descansos, balcones, terrazas,… solo abdicando por momentos frente al hormigón y su incuestionable presencia. «El edificio tiene dos tipologías de estructura que optimizan las funciones de cada material, coste, rapidez de construcción. En contacto con el terreno y la calle: hormigón armado. Para las viviendas y espacios comunitarios: madera», comenta desde Lacol.

Otro de los aspectos clave de La Balma es la asimétrica e inesperada disposición de las viviendas, una decisión que responde directamente a la búsqueda de una mayor eficiencia energética. «El edificio quiere combatir la pobreza energética, reduciendo más de un 50% el coste para obtener el confort de las viviendas. Se hizo un diagnóstico socioeconómico del grupo de habitantes y un proceso participativo donde el usuario y la comunidad jueguen un papel principal; y sea la infraestructura que los acompañe y evolucione libremente desde tres ámbitos sociales: el barrio, la comunidad, las viviendas».

En definitiva, La Balma es la suma de un sinfín de detalles conseguidos a fuerza de visión, compromiso y excelsa ejecución.