Modulares, monolíticos, de madera y con sabor a mar
El estudio chileno Croxatto y Opazo Arquitectos, fundado en 2010 por Felipe Croxatto Viviani y Nicolás Opazo Marchetti, es el responsable de La Loica y La Tagua, un conjunto de viviendas unifamiliares con aires de refugio que consigue enamorarnos con su estética rústica y arriesgada morfología.
Ubicados en las costas chilena, concretamente en las escarpadas laderas de Matanzas, a unos 160 km de Santiago, La Loica y La Tagua se yerguen orgullosos a escasos metros del mar, enfrentados a los poderosos vientos del Pacífico. Una deliciosa piel de madera, hecha con durmientes reciclados, es el sello inequívoco del proyecto,… pero no el único.
De aspecto modular y ciertamente asimétricos, ambas construcciones se deben a sus vistas. El living, comedor, cocina y baño se encuentran en el nivel inferior y el dormitorio principal en el segundo nivel. Estos espacios se unen por una escalera abierta, de madera, tipo barco. «Los ventanales se abren hacia el horizonte, dando una sensación de dominio y posicionamiento, sobre el mar», comentan desde el estudio.
Si bien en los interiores predomina la madera, la tónica cambia por completo. Las superficies imperfectas, corroídas por décadas a la intemperie, dan paso a una piel impoluta que gracias a un acabado natural, dejan al descubierto su hipnóticas vetas.
«Buscamos satisfacer las necesidades y requerimientos de cada cliente a través de una propuesta armónica y sintética que dialogue y respete su entorno, apuntando a un resultado simple con calidad técnica y formal».