«Desde la primera reunión tuve claro que Jungle no debía estar basada en la naturaleza. La energía y el rollo cosmopolita imperaba más que otros discursos».
El ecosistema creativo Jungle consolida su presencia en Barcelona con la inauguración de sus oficinas en el distrito 22@ en Poblenou. Un espacio diáfano de 700 m2 con el que se busca fomentar el intercambio de ideas entre las 11 compañías miembro.
El proyecto es obra del estudio de arquitectura Lagranja Design, dirigido por Gerard Sanmartí y Gabriel Schiavon. En línea con el axioma ‘la forma sigue la función’ —de Louis Sullivan, fundador de la arquitectura modernista—, la gente de Lagranja han proyectado un espacio en el que la funcionalidad gravita sobre la estética: «Cuando nos contactó Agustín Vivancos (CEO de Jungle) nos transmitió la idea de que debía ser un espacio que favoreciese interacciones inesperadas. Así es como se dinamiza una oficina», explica Sanmaartí.
Desmontar el falso techo fue clave para conseguir el objetivo. Esa decisión permitió proyectar dos alturas, diseñar una oficina diáfana con espacios comunes que fomentase la conexión entre personas y, además, incorporar estructuras modulares que funcionan como salas de trabajo en equipo para favorecer la privacidad. En la planta cero se ubican esas cajas de madera de abeto con aislante acústico y climatizadas intercaladas entre zonas de trabajo abiertas, espacio de descanso, una grada para ponencias, comedor, taller, almacén y servicios. Una escalera de caracol da acceso a la planta uno, en la que se ubica la zona de descanso y un espacio de reuniones para diez personas.
En paralelo al proyecto de las oficinas, la agencia de diseño Mucho desarrolló la identidad gráfica y corporativa de Jungle con el objetivo de crear una marca que representase la creatividad del ecosistema y que incorporase versatilidad y plasticidad para adaptarse a diferentes proyectos sin perder identidad. La tipografía se inspira en el estilo suizo de la escuela de Basilea y Zúrich de la década de 1950, corriente artística que buscaba presentar la información de forma objetiva. Se caracteriza por el uso de sans serif y diseños basados en cuadrículas. La tipografía de Jungle fue incorporada en las pieles y las superficies de las cajas de las oficinas.
«Desde la primera reunión tuve claro que Jungle no debía estar basada en la naturaleza. La energía y el rollo cosmopolita imperaba más que otros discursos», asegura Sanmartí. La inspiración es urbana. En los 700 m² prevalece el pladur sin pintar, yeso, acero galvanizado, pavimento de losetas y metal y una gama de grises que combina con detalles amarillo mimosa fluorescente. Farolas con antiguas cabezas de la ciudad de Barcelona y báculos de acero galvanizado con rosa fluorescente son el toque final a un proyecto que sugiere la velocidad y ritmo de una ciudad cosmopolita como Barcelona pero también calma y sosiego mediterráneo.
Las oficinas están ubicadas en la planta baja del edificio Álaba 111, un proyecto diseñado por los arquitectos Battle i Roig que destaca por su ecoeficiencia y sostenibilidad en el barrio de Poblenou. La sostenibilidad ha sido un enfoque clave para cumplir con los estándares que exige el certificado BCorp, reconocimiento obtenido por Jungle en febrero de 2023. Lagranja ha utilizado los recursos mínimos, materiales reciclados, sostenibles y de proveedores locales.