En la tradición occidental, la biblioteca se entiende como un edificio opaco y apenas comunicado con el exterior: un reflejo de la naturaleza introspectiva del estudiante europeo. La biblioteca Liyuan, diseñada por el estudio chino Lixiaodong Atelier, propone un espacio abierto en donde el aprendizaje y la lectura se realizan en armonía con el paisaje.
Vista exterior de la biblioteca Liyuan, Lixiadong Atelier, 2011.
Localizado en Huairoi, un pueblo situado a dos horas de Pekín, la biblioteca supone una intervención humilde e integrada con el paisaje: “No podemos competir con el esplendor de la naturaleza”, afiman desde el estudio.
El interior del edificio, de tan solo 175 metros cuadrados, se ordena en varios niveles mediante plataformas y superficies de madera, que integran asientos y estanterías a la vez que favorecen el acceso a las distintas alturas.
La estructura del edificio es un esqueleto de vigas de madera que sirve como soporte para una piel vegetal compuesta por ramas autóctonas fijadas mediante perfilería metálica. Estas paredes semitransparentes atenúan el paso de la luz solar y funcionan como una membrana que matiza el límite entre exterior e interior.
Los arquitectos han querido aprovechar los materiales locales y a la hora de diseñar el exterior de la biblioteca se han inspirado en la leña apilada al lado de casas de la zona con la que los aldeanos alimentan sus estufas.