Con el objetivo de asimilar los cambios conceptuales y programáticos de los restaurantes de carretera, Langarita-Navarro Arquitectos diseñan Lolita, un espacio flexible capaz de albergar un público heterogéneo y actividades diversas de restauración y eventos.
Imagen nocturna de la fachada de vidrio y metacrilato.
Situado en la Almunia de Doña Godina, Zaragoza, en la salida 270 de la Autovía A-2, punto logístico de confluencia de las rutas comerciales Madrid-Barcelona y Valencia-Bilbao, superpone el carácter de estructura adaptada al flujo comercial e informacional con el de los escenarios míticos de road movies y literatura.
El proyecto se configura a partir de la vinculación de dos sistemas autónomos que buscan compatibilizar la planta libre con espacios más específicos y diferenciados. El primero, sistema blando, con suelo de hormigón estampado semiperforado y paramentos verticales de madera; junto a una fachada de cinta doble de sección variable de vidrio y policarbonato, configura un espacio continuo de geometría irregular en el que la adaptabilidad del mobiliario y la flexibilidad de la iluminación permiten diversas posibilidades de organización, en torno a los patios que lo perforan.
El segundo, sistema rígido, es una acumulación de cajas, construidas con placas alveolares de 8 metros de longitud y paredes de fábrica. Este acoge programas específicos, que se relacionan con el entorno mediante vistas fragmentadas, mostrando al exterior una imagen hermética, con superficies ciegas, susceptibles de ser utilizadas como soporte informativo de carretera.
De esta agrupación de sistemas resulta una instalación que amplía el concepto de equipamiento de carretera acercándose al de infraestructura pública.
Arquitectos: María Langarita y Víctor Navarro.
Colaboradores: Marta Colón, Cristina Garzón, Roberto González, Juan Palencia y Julia Urcoli.
Estructuras: Mecanismo S.L.
Instalaciones: Inés Plaza
Aparejador: Fernando Cornago.
Fecha finalización: 2010.
Fotografías: Miguel de Guzmán.