Más que un edificio, una declaración de intenciones
La práctica de arquitectura checa Mjölk, fundada y dirigida por Jan Mach y Jan Vondrák, ha sido la encargada de diseñar la sede del gigante madererero, Kloboucká Lesní, en territorio nacional.
Especializado en materiales para la construcción, el briefing del cliente era más que claro, la propuesta no solo debía contener y facilitar todas y cada una de las actividades de la compañía, también debía reflejar los valores, objetivos y, especialmente, el compromiso con la sostenibilidad.
«Están allanando el camino hacia la silvicultura sostenible. Encontrando inspiración en técnicas de nuestros antepasados, pero también explorando nuevas tecnologías y posibilidades», comenta Vondrák y agrega: «No es solo la sede progresista de una empresa, es un laboratorio donde se estudia más y mejores formas de trabajar de construir edificios. Ahorrando energía y materiales para minimizar su impacto ambiental durante su fabricación, uso y eliminación al final de su ciclo de vida. No se desperdicia ni una gota de agua, ni se pierde un julio de energía. La experiencia se convierte en desarrollo».
¿La respuesta? 475 m2 cubiertos donde la madera, como no podía ser de otra manera, es la gran protagonista. Ubicado en un enclave paradisiaco, concretamente en Brumov-Bylnice, una pequeña localidad de montaña en la frontera con Eslovaquia, el equipo a cargo del proyecto compuesto por Matyáš Prošek, Hana Kracíková, Anna Hrušová, Igor Nesterov, Filip Cerha, Tobiáš Hrabec, Michal Hejzlar, Michael Šourek, Petr Čekal, Daniela Marešová, Tereza Horáková y Anton Murauliou, se decantó por confeccionar una imponente estructura vista de madera, acero y hormigón.
Más allá del calibre de la propia edificación, lo primero que llama la atención es el masivo techo acristalado y a dos aguas, una acierto total y no solo en términos energéticos, toda la estructura se convierte en un faro arquitectónico que ha reconfigurado el paisaje urbano de la región.
Y si la impresión de los exteriores no hubiera sido suficiente, los interiores terminan de obrar la magia. Las enormes vigas y los bellos patrones que forman, la elección de los anclajes, el mobiliario y periféricos, la iluminación… todo funciona y todo lo hace al son de la misma melodía, una compuesta por Mjölk.