Recuperar, revalorizar, renacer
Atelier-r, el estudio de arquitectura fundado por Miroslav Pospisil ha sido el encargado de intervenir uno de edificios más emblemáticos de la rica y longeva historia de los territorios que hoy conforman la República Checa. Se trata del castillo Helfštýn, una colosal edificación de finales del siglo XIII ubicado en la Puerta Morava, el legendario accidente geomorfológico que sirvió como referencia para diversas rutas comerciales (como la del Ambar) desde la antigüedad.
El objetivo de Pospisil y su equipo en esta intervención era el de recuperar y revalorizar el castillo, su historia, su arquitectura y su ascendencia en la cultura de la región. Por supuesto, en un proyecto de este calado, con un sinfín de condicionantes y variables objetivas y subjetivas, la tarea era poco menos que épica. Por ejemplo, para empezar la propuesta debía contentar/convencer a los grupos conservacionistas que exigían mantener en estado de ruinas al castillo. Desde otros organismos, en las antípodas, se pedía una intervención que sirviera para cambiar el propósito comercial del complejo. Y por supuesto, cualquier fuera la propuesta, debía atender a los signos estéticos y socioculturales de nuestros tiempos.
La respuesta llegó y lo hizo cargada de luz, vidrio y acero. Tras una exhaustiva investigación, en la que se involucraron historiadores, diseñadores, una ristra de arquitectos y hasta drones para visionados aéreos, la gente de Atelier-r encontró la forma de complacer a todos los frentes.
«Desde un principio aspiramos a ir más allá de la tarea de crear simplemente una solución adecuada. Queríamos involucrar a los visitantes en la historia del palacio. Esto desencadenó la idea de incorporar elementos arquitectónicos contemporáneos para conectar la planta baja existente con los niveles superiores del palacio, recientemente restaurados», comentan responsables del estudio desde su sede en la ciudad de Olomouc.
Estas conexiones, en forma de escaleras, pasadizos, portales, barandillas,… que físicamente unen diferentes volúmenes y espacios, también lo hacen conceptualmente. La decisión de producirlas en acero autopatinable (una aleación capaz de oxidarse sin perder facultades) es todo un acierto, su aspecto avejentado no hace otra cosa que reforzar el carácter vetusto del complejo, visual y táctilmente.
Otro golpe de efecto fue la implementación de superficies vidriadas para solucionar techos, paredes o para delimitar espacios. Brillante. Por último y no menos importante, la iluminación. Brutal. Sobrias, elegantes, discretas… ya sean escondidas bajo los pasamanos de escaleras o puentes, o pasivas para marcar las aberturas, la luz es el broche de oro de un proyecto verdaderamente inspirador.
