Un viejo granero como punto de partida
Reciclar viejas estructuras para dar vida a un nuevo elemento arquitectónico no es tarea facil y menos aún si lo que se pretende es trasformar un viejo granero de la china rural en un hotel boutique de alto standing. Pues los arquitectos galos Johan Sarvan y Florent Buis, socios fundadores de JSPA, lo han conseguido. Se trata de Rose Garden, un atípico pero ciertamente atractivo hotel en el que gracias a la mezcla de materiales, estilos y la magistral adaptación de formas y funciones, se ha conseguido erigir un volumen llamado a marcar el paisaje arquitectónico de Daixi, un pequeño pueblo a la afueras de Huzhou, en la provincia de Zhejiang, China.
«La idea era tratar de entender las antiguas técnicas de construcción y materiales locales para encontrar una forma racional y eficiente de construir en esta área y, por lo tanto, anclar el proyecto en su sitio», comenta Sarvan.