Visualización arquitectónica austriaca
Aunque los renders siempre han jugado un papel fundamental en el desarrollo de un proyecto arquitectónico, su mala fama ganada a pulso los convirtió en una suerte de mal necesario. Gélidos, sin glamour,… estos bocetos digitales eran a menudo, el enemigo en casa.
Mucho ha llovido desde entonces, las nuevas tecnologías y más importante aún, profesionales mejor preparados, han revitalizado el sector hasta el punto de hacer de la visualización arquitectónica digital, más conocida como ArchVIZ, una disciplina con peso propio, estético y conceptual.
Un buen ejemplo de este fenómeno es Maksim Mironov, un joven diseñador austriaco que, gracias a una técnica impoluta y exquisito buen gusto, ha conseguido difuminar la ya incierta línea que separa el universo físico del digital.
En este artículo hablaremos de Sanctuary, un trabajo que, además de ser representativo de su estilo y capacidad creativa, consigue inspirarnos como pocas cosas pueden hacerlo. Vamos a ello.
Sanctuary destaca principalmente por su lograda calidez. Madera avejentada, cemento desnudo, vigas descubiertas,… pueblan cada una de las composiciones. Por supuesto la iluminación juega un papel determinante. Impecable. A media mañana, de soslayo, las estancias de este hipotético refugio se inundan de una luz natural que no hace otra cosa que mejorarlo todo.
El mobiliario merece una nota aparte. Brutal. Desde el juego del salón, rústicos y aseados; pasando por los periféricos cuasiartesanales, hasta la imponente barra que divide los ambientes, todo gusta, todo funciona.
De todas sus cualidades y calidades, la capacidad de Mironov para despertar un sentimiento de familiaridad en cada trabajo es, además de su mayor virtud, la firma inequívoca e intransferible de cada obra. El único error, con viso de tragedia, es que sus creaciones solo existan en las tripas de un ordenador.
