La integración absoluta con el entorno
El estudio Mork-Ulnes, fundado por el arquitecto Casper Mork Ulnes, firma un brutal proyecto residencial en los bosques noruegos de Kvitfjell, una de las estaciones de esquí de referencia del país escandinavo.
Se trata de Skigard Hytte (Cabaña Skigard), una vivienda unifamiliar en la que la madera y la búsqueda por la integración absoluta con el entorno —como no podía ser de otra manera—, lo es todo. El volumen, suspendido a 1,50 m de altura para no entorpecer el crecimiento de la vegetación y el tráfico de la fauna local, ha sido revestido con una piel hecha de skigards, flejes de madera dispuestos transversalmente, patrimonio de la cultura de esta particular región.
El techo por su parte, ha sido recubierto con una variedad de hierbas del lugar, un sistema aislante natural utilizado durante siglos en los países nórdicos. El resultado es una estructura atípica pero reconocible que consigue adaptarse al paisaje natural y arquitectónico de este paradisiaco enclave.
Si el exterior de Skigard Hytte había sido proyectado en clave salvaje, en el interior la melodía cambia. La madera rústica da paso a tableros finamente tratados pero manteniendo a la vista sus hebras siempre. Los cuatro módulos que componen la residencia, están organizados alrededor de la entrada principal: una abertura que atraviesa el volumen de lado a lado y que funciona también como galería techada. Brillante. «Los espacios están escalados de manera íntima pero abiertos visual y físicamente al paisaje circundante», cometan desde el estudio.
El equipo responsable del proyecto está compuesto de Phi Van Phan, Lexie Mork Ulnes, Inez Tazi, Kristina Line, Auste Cijunelyte y el propio Casper Mork Ulnes.