716 m2 de madera, color y diversion
Aunque los entornos arquitectónicos destinados a la educación y el cuidado infantil ofrecen el escenario ideal para hacer volar la imaginación, lo cierto es que en gran medida —por unas razones o por otras— las propuestas rara vez sorprenden. Por eso, cuando llegan a nuestra redacción trabajos cuyo enfoque, desarrollo y ejecución solo es comparable con su ingenio y creatividad, es de agradecer.
Este es el caso de Větrník Kindergarten, un centro educativo para niños en edad preescolar, obra de Architektura, el estudio checo dirigido por el arquitecto David Kraus, que destaca por su atípica morfología, eficiencia funcional y acertada implementación de materiales.
Ubicado en la ciudad de Říčany, a las afueras de Praga, el equipo a cargo del proyecto compuesto por Marek Trebuľa, Alina Fornaleva, Šárka Andrlová, Michaela Kubinová y con propio Kraus a la cabeza, debía dar con una propuesta que no solo cubriera todas y cada una de las necesidades de un establecimiento de estas características, también debía hacerlo con un enfoque deportivo y un claro espíritu alternativo.
«No solo la familia, las experiencias en el patio de recreo constituyen la infancia, sino también los objetos que visitan y las instituciones que los integran en el sistema. Queríamos construir algo que no fuera una instalación rígida, algo que fuera lúdico y que permitiera el desarrollo de la creatividad y ayudara a sacará a relucir todas esas bellas particularidades que hacen de un niño lo que es. Algo que creará imágenes subconscientes para que un día puedieran surgir en la edad adulta y convertirse en un recuerdo único», comentan desde Architektura.
La repuesta de Kraus y su gente roza la fantasia. A partir de un volumen principal de líneas simples, se desprenden una serie de apéndices de diferentes formas y colores cuyas inusuales aberturas triangulares lideran la estética del conjunto.
Los interiores destacan a su vez por su condición diáfana y las vigas metálicas vistas de las cúpulas que aportan cierto grado de sofisticación. Llama especialmente la atención la estructura que gobierna el recibidor del edificio principal, una suerte de cama elástica suspendida entre sus dos alturas, apuntalada con cuatro vigas de madera rústicas.
«El tema de la educación como disciplina estatal es un fenómeno importante para nosotros personalmente. En nuestro mundo civilizado, hablamos del crecimiento económico, pero no lo suficiente sobre todos los detalles de la educación y sobre el misterio de la infancia».