Nuevas formas de entender los espacios residenciales en la República Checa
Que somos el producto de nuestro entorno, contexto y circunstancias es un hecho. Conscientes o no, la sociedad cambia y con ella, su arquitectura. Un delicioso ejemplo de este fenómeno es la aparición de una relativamente nueva tipología de espacio, una suerte de módulo descentralizado e independiente de la residencia principal, cuya función principal es erigirse como refugio físico y conceptual para sus habitantes.
Este es el caso de Zahradní Pavilon, una caseta de un agua y dos alturas, obra de los arquitectos Tomáš Hanu y Jan Holub, socio fundadores del estudio checo Byró. «La misión era simple: proporcionar un refugio cubierto para vivir el jardín en plenitud», comenta Hans y agrega: «Los propietarios pasan mucho tiempo al aire libre, a lo que el edificio reacciona con su pared abatible y gracias a la cual se convierte en una especie de logia de jardín, un cenador abierto,… ampliando así su espacio cubierto hacia el exterior».
Efectivamente, sobre un terreno ubicado a orillas del rio Moldava, a las puertas de la Selva de Bohemia, Zahradní Pavilon ofrece a sus inquilinos una extensión remota de la vivienda principal destinada al ocio y bienestar.
En el apartado estético gusta especialmente la elección de una piel de madera quemada y su arrollador contraste con los interiores de acabados naturales. Destaca el sistema de poleas y contrapesos para accionar el portón principal.
«Intentamos diseñar de tal manera que cada tarea represente un desafío. Percibimos la arquitectura principalmente como una cuestión de conexiones: en el espacio, el tiempo y entre las personas. Todo gira en torno al diálogo, la empatía, el contexto y la opinión».