Quién es Marisa Gallén
La diseñadora española Marisa Gallén nació en Castellón en 1958, se graduó en Diseño Gráfico en 1984 en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos (Valencia). Más de 30 años de trayectoria profesional en la que Gallén ha logrado desarrollar innumerables proyectos y que la diseñadora ha sabido reflejar en su última exposición realizada el pasado mes de mayo en la Escuela de Arte Superior y Diseño (EASD). Con motivo de dicho evento, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la protagonista y conocer un poco más a la diseñadora.
Del Diseño Multidisciplinar en La Nave a especializarse en Diseño Gráfico. ¿Cómo fue el proceso de evolución de este cambio? ¿Cuál fue el punto de partida?
En La Nave me parecía natural pasar de una disciplina a otra porque veía hacerlo a mi alrededor y entendía ese enfoque profesional como algo no sólo natural sino más rico en experiencias que el mundo especializado. Ahora lo veo de otro modo, creo que la vida profesional del especialista puede ser igualmente gratificante y rica, dependerá de la personalidad, de las pulsiones y el talento del profesional. Todas las opciones son interesantes y válidas si uno encuentra su lugar en el mundo.
La evolución en mi caso vino determinada por la demanda, y dado que en bellas artes recibí una formación bidimensional, mis habilidades para el diseño gráfico estaban más evolucionadas. Sin embargo, en ningún caso me considero una especialista porque dentro del diseño gráfico hay muchas especialidades y yo trabajo en muchas de ellas.
Los años 80, el boom del diseño, Valencia, ¿cómo sintió y vivió Marisa Gallén aquellos años de cambio?
Esos años se caracterizaron por un marcado empeño en cambiar la imagen de nuestras instituciones, tras la dictadura teníamos prisa por modernizar el país y ese impulso modernizador se puede apreciar en toda la producción cultural de la época, basta recordar el cine de Almodóvar con películas como Entre tinieblas o las locuras gráficas de Mariscal; el programa Metrópolis que no nos perdíamos los modernos culturetas.
Yo los viví dividida entre esa energía liberadora de cambio y el vértigo que me producía una fama que me llegó demasiado temprano debido a la notoriedad que alcanzó La Nave. Fui consciente de que si quería ser una buena profesional la verdadera formación empezaba ahora y a eso me dediqué. Fueron años de formación intensiva.
¿Estudias o diseñas? Es una frase característica de aquella época en la que el diseño se hallaba en plena efervescencia, y con la que ha querido bautizar la exposición que conmemora sus 30 años de trayectoria profesional. ¿Cómo definiría su evolución proyectual?
Yo la veo esencialmente igual, solo que he aprendido algunas astucias, algunas destrezas, cambia porque la vida es cambio, cambia la tecnología, las sensibilidades, las formas, mis influencias y mi formación, pero en lo básico aprecio una continuidad sin grandes rupturas. Ahora pienso más y diseño menos, doy mas valor al concepto, a todo el trabajo previo a diseñar, trato de eliminar lo superfluo y expresar más con menos elementos, quizá esa sea la deriva que proporciona la experiencia. Lo que sí ha cambiado radicalmente han sido las herramientas, hemos pasado de lo analógico a lo digital…
En la exposición que se pudo disfrutar durante el pasado mes de mayo en la EASD de Valencia, los visitantes pudieron conocer de primera mano la labor de Marisa Gallén. De entre todos los proyectos expuestos, ¿cuál considera que es su trabajo más representativo? ¿Por qué?
Es difícil elegir un trabajo porque en todos has intentado dar lo mejor de ti, pero en general me siento muy identificada con los proyectos culturales por diferentes motivos. En primer lugar porque la cultura proporciona al diseñador la oportunidad de experimentar e innovar, trabajas con clientes y públicos acostumbrados a una comunicación interesante conceptualmente y atractiva visualmente. Por otra parte, es una de las escasas áreas en las que los diseñadores tenemos la ocasión de poner nuestro talento al servicio de causas no comerciales. Por último, son trabajos con mucha presencia en el paisaje urbano y estoy muy interesada en que el espacio público sea un escenario de placer visual.
Por otro lado, he escuchado en sus conferencias su lucha por que el diseño gráfico llegue a la calle, se haga visible y dignifique el paisaje, pero que por suerte o por desgracia, es algo que casi siempre depende de una voluntad política. ¿Cree que esta voluntad ha llegado? O que tardará poco en hacerlo? O todo sigue igual…
Sinceramente no pienso que dependa sólo de la voluntad política, creo que una sociedad mas culta genera menos basura visual, por cómo es el paisaje urbano se puede saber el grado de civilización de sus ciudadanos.
Sin embargo desde las administraciones locales se puede hacer mucho para mitigar ese caos visual provocado por la suma de rotulación comercial, mobiliario urbano, señalización vial y otras señales informativas de diversa índole.
Se me ocurren medidas que propondría a las autoridades si tuviera la ocasión:
-Relegar la publicidad comercial a los espacios de consumo, como centros comerciales, áreas específicas. En el resto de la ciudad utilizar los soportes publicitarios (mupis, marquesinas de autobuses o banderolas) para la promoción de actividades cívicas y lúdicas tales como la promoción de la cultura, el deporte, ahorro energético… Es decir, todo lo que esté relacionado con la ciudad y el bien colectivo de ésta.
-Contemplar la posibilidad de crear una normativa para que se rebaje el impacto visual de rótulos y publicidades en los establecimientos comerciales, es decir, poner límites a los excesos de aquellos que consideran sus espacios comerciales como un patrimonio exclusivamente privado cuando en realidad se trata de un patrimonio de toda la ciudadanía.
-Emprender una acción educativa a través de una experiencia piloto en donde poner en práctica esas medidas dignificadoras. Habitualmente la respuesta ciudadana a las iniciativas que ordenan y embellecen el paisaje urbano, tales como la rehabilitación de fachadas, remodelación de zonas peatonales, etcétera, suele ser positiva.
En su opinión, ¿Cuál es la situación del diseño gráfico en la actualidad? ¿Cómo augura el futuro de la profesión?
El diseño gráfico ha ampliado su territorio de actuación, cada vez existen mas especialidades donde los diseñadores podemos hallar campo para trabajar como el video mapping, la animación, las apps, etcétera.
Se hace necesaria la coexistencia de perfiles profesionales diversos: hiper-especialistas que aporten mucho valor en su campo de conocimiento con diseñadores que aporten una visión global, capaces de actuar como directores de equipos multidisciplinares y de adaptarse a las diferentes plataformas y tecnologías que existen y a las que surgirán en el futuro.
Los avances tecnológicos lo cambiarán todo, siempre ha sido así, pero dudo que en un futuro próximo presenciemos una revolución tan significativa para la profesión como fue pasar de lo analógico a lo digital. Y si lo analizamos bien lo que realmente cambia es la tecnología no los procesos de diseño. Las ideas, la innovación, las buenas soluciones seguirán siendo lo importante, eso no cambiará.
Me he llevado una muy grata sorpresa, al encontrarme con esta entrevista, es muy curioso que la artista se llame y apellide exactamente igual que yo.
No es habitual oír el apellido Gallén y si encima va acompañado del mismo nombre, da curiosidad y me encantaría contactar con esa Marisa.