El diseñador gráfico Jonathan Bréchignac, afincado en la capital francesa, está trabajando en una alfombra cuya superficie ha sido decorada artesanalmente con motivos geométricos realizados con bolígrafos negros. La paciencia y la constancia utilizadas en su fabricación buscan imitar la resignación estoica del misticismo religioso.
Alfombra de Jonathan Bréchignac, 2011.
“Los viejos maestros del arte podían gastar décadas, o incluso una vida entera, para finalizar su trabajo. Quería crear algo igual de duradero, algo que tomara su tiempo”. El trabajo de Brechignac intenta enfrentar al propio artista contra sí mismo en una batalla en el que el arte es “el camino de la perfección”.
La ornamentación del tapete obtiene su inspiración de una colección heterogénea de patrones geométricos, entre ellos dibujos galo-romanos, nativo-americanos, aztecas, japoneses y motivos animales o militares. El artista ha utilizado únicamente dos bolígrafos de tinta.
El tamaño es similar al de las alfombras utilizadas en el salat o rezo musulmán. El trabajo de Bréchignac supone más un proceso de meditación ascética que una creación gráfica al uso, en el que se necesitaron “largos periodos de reflexión y planificación seguidos de ensayos para encontrar el patrón perfecto, antes incluso de empezar a dibujarlo”.
Bréchignac lleva trazando los motivos durante más de quince meses en sus ratos libres, y espera acabar el dibujo en breve. Sin embargo, el autor plantea continuar realizando alfombras y crear una serie, “sin importar el tiempo que tome”.
Detalle geométrico de la alfombra de Jonathan Bréchignac, 2011.