Con el fin de promocionar su nuevo catálogo, Ikea ha lanzado recientemente un anuncio promocional donde parodia las campañas publicitarias de Apple. El video, que caricaturiza explícitamente el lanzamiento del iPad en 2010, describe con mordacidad las características del nuevo catálogo. En un discurso calcado al de Jonhatan Ive, un falso locutor llamado Jörgen Eghammer detalla con entusiasmo las ventajas del libro: 8 milímetros de grosor, 400 gramos de peso, batería infinita, conexión inalámbrica interfaz de 7,5 x 8 pulgadas extensible a 15 x 8 pulgadas, pantalla táctil, contenido preinstalado, sin lag, incluso cuenta con un sistema de protección mediante voz —“¡Disculpe! Esto es mío”—. Como complemento a la pieza audiovisual, la compañía sueca ha diseñado un microsite que imita la web del gigante de Cupertino, incluyendo sus conocidos parallax scrollings.
Sin embargo, más allá de una lectura meramente paródica, el anuncio esconde una reflexión sobre la vigencia del papel como soporte de comunicación. Las revistas y libros detentan un aura mágica que invita a una experiencia radicalmente distinta a los formatos digitales: su materialidad, perdurabilidad y sensualidad hacia los sentidos hacen de él un artefacto insustituible y a valorar en las estrategias comunicativas de las empresas. Ikea, al igual que la revista Experimenta, apuesta por el papel.