Identidad, packaging, producto y campañas
El interesante estudio berlinés Carla Palette, fundado y dirigido por la talentosa diseñadora Carla Young, nos regala un soberbio trabajo en el que, yendo contracorriente de todo y todos, consigue dotar de un carácter único a una joven marca de vinos orgánicos.
Como resultado de un mercado totalmente saturado de este particular tipo de producto, superpoblado de iniciativas que utilizan estilos gráficos y tipográficos que rinden homenaje al lado «natural», Young decidió apostarlo todo a un paisaje monocromático en un verde primario brillante. Por un lado, para hacer referencia a la composición y al proceso natural de producción del vino, y por el otro, para insuflar una presencia inconfundible en las estanterías.
Cómo no podía ser de otra manera, el logotipo es el gran protagonista, robusto y, en cierta medida, discreto, ayuda a llevar toda la atención al naming. «Esta propuesta destaca por la curiosa y efectiva yuxtaposición del uso de bloques masivos de color, una tipografía sans-serif simplificada y espacios negativos», comenta Young.
La nota final es para la serie de ilustraciones en clave de viñeta a cargo de Antonio Carceles, con las que se consigue «humanizar» el relato general y desmarcarse de las tendencias actuales en esta categoría de vinos. El equipo de Carla Palette se ha encargado de la identidad, el packaging, el diseño de producto y la producción de campañas.