El éxito del azar y el arte como recurso creativo
Ladyssenyadora, el estudio de diseño catalán fundado en 2007 por Raimon Benach, Montse Raventós y Jordi Roca, es el responsable de un arrollador proyecto gráfico para vinos en el que, gracias a la implementación de técnicas y recursos más propios del arte moderno que del Diseño, se ha conseguido un resultado visual y conceptualmente brillante.
La gente de Ladyssenyadora debía dar vida a Cultivare, una de las líneas de vinos llamada a ser el santo y seña de las bodegas Domènech i Vidal. Ubicada en el corazón del Panadés catalán, sea cual fuere, la propuesta iba a estar influenciada inexorablemente por el paradisiaco entorno,… pero Benach, Raventós y Roca fueron mucho más allá, mucho.
Lo primero que llama la atención de Cultivare es la aleatoriedad y unicidad de sus etiquetas. A pesar de pertenecer a una misma variedad, los motivos cambian, ligeramente a veces, ostensiblemente otras. ¿Y esto cómo se ha conseguido? Aunque es posible hacerlo de muchas formas distintas, ninguna hubiera tenido el impacto, efecto y fondo que la implementada por Ladyssenyadora. Para la ocasión se desarrolló una maquina especial. Rústica a más no poder, se trata de una cinta transportadora por la que se desplazan las etiquetas en blanco, éstas son intervenidas por decenas de marcadores de diferentes colores, que desde una estructura superior y atados a ramas de vid (un detalle brillante), van dejando su impronta mecidos por el delicioso viento del Panadés catalán. «Las brumas de la madrugada, los colores de la tierra, los primeros rayos del sol, el baile de las ramitas al ritmo del viento… La comarca del Penedès es nuestra fuente de inspiración. El disparador que activa el impulso creativo y nos lleva a observar, comprender y representar algo de acuerdo con nuestras propias experiencias, emociones y pensamientos. Un fino homenaje a un territorio que nos permite conservar, expresar y difundir una forma muy especial de entender la cultura del vino. Cultivare es un retrato del paisaje», comentan desde el estudio.
La propuesta se completa con una composición tipográfica a la altura y capuchones cortos en dos colores distintos para reforzar el conjunto.
Aunque los más pragmáticos podrían renegar de este tipo de proyectos, lo cierto es que el empaque de un enfoques así, trasciende, aporta valor al producto y a la marca y, lo que es más importante, nos inspira.