En octubre de este mismo año, la prestigiosa revista estadounidense Esquire ha publicado su milésimo número; meta difícil de alcanzar en una época como la nuestra, dominada por los medios digitales y en la que las revistas en papel se enfrentan a grandes retos y dificultades. Para celebrar semejante éxito, el equipo editorial de Esquire ha encargado a la agencia londinense Sawdust —con la que ya había colaborado en distintas ocasiones— el diseño editorial y la composición tipográfica de la publicación número mil.
Fundada en 1933 por el crítico literario y periodista Arnold Gingrich y actualmente dirigida por David Granger, Esquire se ha distinguido a lo largo de los años por sus colaboraciones con nombres de la talla de Scott Fitzgerald, Norman Mailer o Tom Wolfe (en su primer número, la revista acogía un artículo de Ernest Hemingway y un texto de ficción de John Dos Passos) y por prestar mucha atención a las artes gráficas y editoriales (especialmente conocidas las portadas de George Lois, responsable, en 1969, del ahogamiento de Andy Wharol en una lata de sopa Campbell).
El prestigio cultural de la revista y su amplia difusión han sido los puntos de partida del proyecto de Rob Gonzalez y Jonathan Quainton, fundadores y directores del estudio Sawdust. El diseño de la portada y las ilustraciones tipográficas remiten a la gráfica de los años veinte y treinta y, en especial modo, a las formas de la Bauhaus. El objetivo —comentan los propios diseñadores— era encontrar una estética que resultara, a la vez, clásica y actual. A este mismo objetivo concurre también el sistema tipográfico que los directores creativos de Esquire han encargado a la agencia inglesa Commercial Type: la fuente Gingrich, así llamada en honor al fundador y primer director de la revista.