Realismo, texturas, colores…
En el mundo de la ilustración, la precisión a la hora de retratar no está vista unánimemente como una cualidad positiva en una pieza, por el contrario, es uno de los temas que genera más división y en ocasiones, hasta indignación en algunos sectores de la crítica. Pero como de costumbre, el mundo creativo se encarga de dar respuesta a todo y a todos. En esta ocasión nos entrega a Aiste Stancikaite, una ilustradora lituana de precisión excelsa que interviene sus propias piezas con herramientas digitales para dotarlas con un toque surrealista y así, de una lectura más profunda.
«Estoy muy interesada en incorporar el elemento físico del dibujo y la habilidad manual, a la cultura digital actual. Quiero hacerlo más accesible y relevante para la audiencia de hoy”, confiesa Stancikaite.
Con clientes como Wired, The New York Times o Audi, esta artista graduada de la Academia de Bellas Artes de Vilna, ha ido dando forma, a través de los años, a un estilo que la ha posicionado como un referente de su país y la ha catapultado a los circuitos europeos del arte y la ilustración comercial.
Actualmente en Berlín, y tras una estancia en Bristol, Aiste Stancikaite promete ahondar en su propuesta y reducir las distancias entre el mundo analógico y el digital de la mano del buen gusto y la precisión absoluta.