Marcas universales como Adobe, Apple, Nature, Wired, Playstation, The Guardian, Penguin Random House o Washington Post ya se han puesto en sus manos
A lo largo de los años, el ilustrador y artista británico Sam Chivers ha desarrollado un estilo único, reconocible y altamente versátil en el que fusiona elementos logrados a mano alzada con otros generados con tecnología 3D.
Con una aguda sensibilidad para el color, su trabajo ha atraído a muchos clientes en sectores como el editorial o el publicitario, demostrando ser una apuesta segura a la hora de liderar proyectos que requieren resolver mensajes de gran complejidad. Marcas universales como Adobe, Apple, Nature, Wired, Playstation, The Guardian, Penguin Random House o Washington Post, son prueba suficiente de esta afirmación.
Algunas de las claves del rotundo éxito de Chivers son, el manejo del color: su sensibilidad y criterio para definir una paleta que se alinee con los valores de la marca y el producto en el que está trabajando sin comprometer la integridad de su obra es notable; las texturas: trabajadas hasta el cansancio, aportan esa calidez que ayuda a generar cercanía con el observador; y por último, su capacidad para generar la escena perfecta: emotivas, románticas, entrañables, de otros tiempos,… como salidas de una buena novela.
En este artículo hemos seleccionado un puñado de obras que bien sirven para hacerse una idea de cómo piensa y trabaja un verdadero profesional de la ilustración.