Desde Canadá, con color
Ser capaz de «vender» indumentaria para Puma o Armani, electrónica de consumo para Sony o Samsung, o bien vehículos para Toyota o cigarrillos para Marlboro, dice mucho del carácter universal de la obra del ilustrador y director de arte canadiense, Amir Mrzae. Y aunque esta cualidad por sí sola ya valdría para poner punto y final a su presentación, lo cierto es que aún hay cosas por decir. Vamos a ello.
Lo primero que llama la atención de las piezas de Mrzae es esa refrescante nostalgia que emanan sus composiciones. Como salidas de una película que nunca se filmó, sus personajes nos cuentan una historia sin pasado ni final, que nos deja siempre queriendo más.
También destaca el bello contraste entre el realismo puntillista de las formas y la exagerada —y deliciosa— paleta de colores. El resultado no es otro que perfecto. La dosis justa de fantasía para acaparar las miradas y perderse en los vericuetos de sus trazos.
A continuación os compartimos una pequeña selección de imágenes que bien sirven para hacerse una idea del tipo de profesional al que nos enfrentamos.