Pintura, papel, tijeras,… análogas y digitales
En los últimos años el collage como técnica ha experimentado, cualitativa y cuantitativamente, un crecimiento exponencial. La nuevas tecnologías y por sobre todo, profesionales talentosos y atrevidos que han sabido leer y sacar partido de sus posibilidades, nos ha permitido disfrutar de trabajos excepcionales que han aportado un bocanada de aire fresco al sector.
Este es el caso de la ilustradora y artista gráfica británica Sarah Jarrett, una creadora incasable que desde un profundo conocimiento —y experiencia— de disciplinas como la fotografía, el diseño textil o las artes plásticas, ha conseguido desarrollar un estilo único y reconocible que la ha llevado a trabajar para compañías como Penguin, T Mobile, Alianza Literaria o Polygon, y a exponer en ciudades de Europa y Estados Unidos.
Armada de pinceles, tijeras, pinturas y revistas dígales y análogas, Jarrett se embarca cada día en la tarea de componer escenas (en la mayoría d eso caso, retratos) cargadas de un realismo mágico cautivador. Mariposas, punkis, cuervos, princesas, víboras,… todo termina por cuajar en un universo tan indescifrable como cautivador. «El hilo conductor de mi obra es la relación del ser humano con la naturaleza. Estoy particularmente interesada en las flores y las plantas como metáforas», comenta Jarrett desde su estudio en la ciudad de Norfolk.
Influenciada por la pintura y la ilustración contemporánea, la moda decorativa y teatral, Jarrett confiesa encontrar inspiración en prácticamente cualquier cosa, desde sueños, libros o conversaciones, hasta letras de canciones, un color, paisajes o viajes. «Quiero que mi trabajo provoque una respuesta emocional y que el espectador se sienta intrigado por el proceso que hay detrás. Me gustaría pensar que mi arte deja una impresión que no se olvida fácilmente».