Producir y difundir pensamiento y cultura de diseño
Si hay alguien que no necesita presentación en nuestro mundo es Joan Costa. Sin embargo, sus amplias competencias y dedicación constante a desarrollar los ámbitos más avanzados de esta disciplina requiere detallar unos datos previos sobre él.
Diseñador, comunicólogo, investigador en los diferentes ámbitos del diseño en sus aspectos teóricos y aplicados, muy especialmente en las metodologías. Profesor y director académico de numerosos cursos y títulos de máster. Consultor corporativo en Diseño y Comunicación Visual. En 1975 crea la primera empresa consultora en Europa dedicada a la Comunicación, la Imagen y la Identidad Corporativa.
A principios de los años 80 funda, con un grupo de colegas europeos (Moles, sRohmer, Estivals, Bertin, Dorfles) la Ciencia de la Comunicación Visual, llevados por el interés por las imágenes, las formas, el escrito, los mensajes. El grupo entiende las imágenes no como simples «cosas» sino ante todo como fenómenos de comunicación, es decir, como fenómenos sociales.
Eres autor de casi cincuenta libros sobre diseño y comunicación, y entre ellos la primera Enciclopedia del Diseño del mundo, que es aún hoy una obra de referencia en todo el ámbito iberoamericano. ¿Hay algún proyecto más en marcha?
Proyectos en marcha, hay varios. En mente, algunos más. Hay un divertimento: el Diccionario DirCom de la Comunicación, que está disponible actualmente en la 10ª entrega, libre de gastos, a quienes lo soliciten. Es propiamente un “diccionario de autor”, que no define palabras sino que explica conceptos. Aparte de este divertimento, hay una nueva investigación sobre la comunicación visual por medio de esquemas, que sigue en la línea de mi libro La esquemática. Visualizar la Información (Paidós, 1998). De esta nueva investigación tengo un libro terminado pendiente de editar: Esquematismo. El universo de la visualización y la Teoría Informacional del Esquema, pues faltaba teoría en este campo. Y otro libro en curso sobre el mismo tema, más ambicioso, inspirado en los recientes estudios de la neurobiología; en el cual estudio las causas y la génesis del comportamiento esquemático, y espero que será una revelación para los diseñadores y comunicadores visuales. Por otra parte, en México, la Editorial Trillas que, desde 1991, ha publicado varios de mis libros, está actualmente preparando la “Biblioteca Joan Costa”, que reúne mis doce últimos libros.
Tan inmensa es tu producción bibliográfica y la actividad académica que nadie piensa que has terminado desarrollando los aspectos más avanzados del diseño por la necesidad que has visto desde tu condición de diseñador profesional. Menos gente aún sabe que comenzaste a dedicarte al diseño ofreciéndote a los cines para pintar los grandes murales que entonces colocaban en sus fachadas con escenas de las principales producciones que proyectaban. ¿Con qué edad hacías estos murales y cómo terminaste dedicándote al diseño gráfico?
De hecho, empecé a buscarme la vida como diseñador, sin serlo, a los 14 años. Entonces, en nuestro país, en plena guerra civil, no existía la idea de diseño y se nos llamaba “dibujantes comerciales”. En medio de tanta penuria y retrasos, la enseñanza en serio del diseño gráfico no llegó hasta la posguerra.
Trabajé como diseñador gráfico ya en plan profesional en mi propio estudio, desde 1957 hasta 1995, aunque los proyectos de diseño fueron evolucionando rápidamente hacia proyectos globales de comunicación y, curiosamente, mis propios clientes me llevaron sin yo buscarlo, a la consultoría en comunicación e imagen. Fue como una especie de premio, pues por lo visto, generé en ellos una confianza en el plano personal y profesional, que hizo que me consultaran sobre problemas que nada tenían que ver con el diseño: eran problemas humanos que apelaban a las ciencias sociales. De ahí mi interés por la sociología.
Ciertamente, partí de una formación autodidacta, que sin embargo se enriqueció mucho leyendo a los principales expertos internacionales en este campo con quienes logré un acercamiento muy fructífero, que se concretó con proyectos y colaboraciones continuos. Y, sobre todo, aprendí en el terreno práctico; ahí absorbí muchas experiencias de mis clientes, los empresarios y de sus problemas. Mis trabajos realizados en Francia, Suiza, Portugal, Italia, Gran Bretaña y en varios países de América Latina y Brasil me permitieron conocer diversas culturas empresariales, tipos de liderazgo y vivir experiencias a nivel de grandes multinacionales, pero también de instituciones públicas, pymes y ONG.
¿A quién o quiénes de tus colegas y amigos del grupo Ciencia de la Comunicación Visual admiras más y por qué motivos?
Descubrí la ciencia de la comunicación en un congreso en Niza. En aquellos años, a primeros de los 70, yo no tenía muy claro el asunto de la comunicación. Allí entendí la esencia humana y social de la comunicación, y conocí la figura más importante de Europa en esa ciencia, de la que él era fundador: Abraham Moles. Con él hicimos una profunda y fiel amistad, hemos convivido y trabajado en Estrasburgo, en España, en México, y hemos escrito cinco libros. Moles había sido profesor en la legendaria Escuela de Ulm.
Otra persona valiosísima y entrañable con quien he tenido la suerte de compartir largas conversaciones y colaboraciones, es el artista y crítico de arte Gillo Dorfles, que prologó dos de mis libros de diseño, y me presentó al grupo Pentagram de Londres, con Alan Flecher. Cuando Dorfles cumplió cien años, la RAI de Milán emitió un programa-entrevista que coincidía con una retrospectiva de su obra pictórica. Y aprovechó para hacer unas declaraciones muy provocativas sobre la crítica de arte.
El tercero, un filósofo extraordinario, un pensador originalísimo, Vilém Flusser el “filósofo de la comunicación”. Fue de los tres el amigo al que conocí más tarde. Había nacido en Praga, huyó a Inglaterra y de allí se fue a Brasil donde desarrolló la mayor parte de su obra. Flusser publicó una Filosofía del Diseño en España, y una Filosofía de la Fotografía en México, en la colección de Comunicación de Trillas que yo dirigía, y para el cual escribí el prólogo. Yo había publicado cuatro libros sobre fotografía. En Milán, Flusser y yo fuimos invitados especiales del Laboratorio Internazionale di fenomenologia delle immagini fotografiche.
Como una suerte de homenaje a todos ellos, publiqué La Comunicación. 10 voces esenciales (CPC, 2010), entre las cuales las primeras son las suyas. Y siguen las voces de otros amigos y colegas, como José Luis Aranguren, Marshall McLuhan, Umberto Eco, Edgar Morin y otros. Su recuerdo siempre me emociona.
NOTA: Joan Costa. Maestro del diseño y la comunicación corporativa es un fragmento de la entrevista a Joan Costa realizada por Sebastián García Garrido incluida en el número 81 de Experimenta. Puedes encontrar este edición y muchas más en nuestra tienda online.