Los productos de las tiendas Corella se distinguen fácilmente gracias al trabajo realizado por Fauna, que ha elaborado su nueva imagen corporativa y ha diseñado el etiquetado de los productos que la carnicería produce y comercializa. El marco rojo que señala de qué parte del animal proviene cada producto, representa la transparencia que Corella persigue y su voluntad de acercar el proceso de producción al consumidor.
Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.
Con su último proyecto, el recientemente fundado estudio de diseño gráfico Fauna pone de manifiesto que la interrelación entre los diferentes ámbitos del diseño puede resultar enormemente fructífera. De hecho, para la creación de la nueva imagen corporativa y del packaging de la carnicería catalana Corella recupera alguno de los rasgos presentes en el proyecto de interiorismo que Sandra Tarruella diseñó en 2013 para la tienda de Sant Cugat del Vallés (Barcelona). El resultado es, por tanto, un proyecto autónomo que, sin embargo, remite al de la diseñadora, de manera que ambos convergen y comunican a la perfección los rasgos que definen los productos cárnicos y lácteos que Corella produce y comercializa.
Estudio Fauna y Sandra Tarruella para Carnicerías Corella, 2013-2014. ©Meritxell Arjalaguer.
“Come hoy la carne como se hacía antes” sentencia una y otra vez la página web de la carnicería Corella. Y es que la carnicería se distingue precisamente de las demás por recuperar las técnicas del pasado, por moler y mezclar los cereales de la cosecha en un molino y garantizar, de este modo, que la alimentación de sus terneras y cerdos sea 100% natural, sin ningún tipo de aditivos. Como resultado, la carne gana en sabor y textura.
Sandra Tarruella para Carnicerías Corella, 2013. ©Meritxell Arjalaguer.
Sandra Tarruella para Carnicerías Corella, 2013. ©Meritxell Arjalaguer.
Sandra Tarruella diseñó el año pasado el local de la carnicería, un espacio polivalente que consigue vehicular la vuelta al pasado que proponen los carniceros. De hecho, en el local el tratamiento de la carne se hace visible al público, y el cliente, que recibe un trato personalizado, puede probar in situ los productos. Los cerramientos de vidrio acercan literalmente a los viandantes al proceso de producción de los alimentos, de manera que el consumidor –algo insólito en nuestros días– tiene la seguridad de conocer la procedencia de la carne, así como el tratamiento que ha recibido.Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.
Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.
Los diseñadores de Fauna comunican la misma idea con su proyecto y retoman el color rojo caldero que enmarca la ventanas del local y que remite directamente al color del producto que allí se vende, para señalar, en las etiquetas, de qué parte del animal procede cada pieza. De este modo, el marco rojo, hueco en su interior y, por tanto, símbolo de la transparencia que guía el proceder de los productores, se convierte en el elemento básico de la imagen corporativa. Su potencialidad comunicativa reside no sólo en adaptarse a la idea que se quiere transmitir sino también en el hecho de aparecer tanto en el packaging como en las ventanas de la tienda, ya que resulta, de este modo, fácil de recordar.Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.
Sin embargo, en determinados casos, este marco rojo desaparece de la etiqueta y su ausencia informa al cliente de que el producto en cuestión contiene peculiaridades que lo diferencian del resto. En su lugar, la selección de carne premium presenta un marco dorado.
Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.
Del mismo modo, la selección de carne destinada a los más pequeños, más tierna que el resto, se presenta al consumidor a través de una etiqueta en la que el marco ha cedido su espacio a la representación de los animales creados con papiroflexia.
Estudio Fauna para Carnicerías Corella, 2013-2014.