Poco a poco, los viejos carteles pintados a mano que caracterizaban muchos de los comercios de la India están siendo sustituidos por los nuevos diseños en vinilo, considerablemente más rápidos y baratos de producir. Para evitar su desaparición total, el diseñador hindú Hanif Kureshi ha lanzado HandpaintedType, un proyecto colaborativo que aspira a rescatar del olvido el trabajo de cientos de cartelistas y tipógrafos callejeros.
Camión decorado con diseño tipográfico, 2011.
El empuje de las nuevas tecnologías ha convertido al cartelista en una especie en extinción: el pincel está hoy condenado a perder la batalla frente al ordenador, mucho más rápido y barato a la hora de producir letreros y rótulos. Más allá del inevitable cambio, la veloz transición entre lo analógico y lo digital corre el riesgo de sepultar en el olvido el trabajo y las técnicas de cientos de artistas gráficos.
Hanif Kureshi, tipógrafo establecido en Nueva Dheli, lidera un proyecto dedicado a documentar y digitalizar la obra de los cartelistas y rotulistas de la India. “Es importante preservar esta forma de arte para que las futuras generaciones la puedan comprender y apreciar”, apunta el diseñador.
El proyecto aboga por la colaboración popular para involucrar al máximo de cartelistas: por ello, se pide a los hindúes que localicen los rótulos pintados de su barrio y contacten con su diseñador a través del nombre y número de teléfono, normalmente situado en el extremo inferior derecho del cartel.
Una vez contactado, el autor escribe el alfabeto latino, cifras y símbolos incuídos, sobre una superficie de tela de 1×2,5 metros. Finalmente, el tejido es enviado por correo a Kureshi, que se encarga de reembolsar a posteriori el precio cobrado por el pintor, normalmente entre trescientas y quinientas rupias (de tres a siete euros).
Posteriormente, los caracteres de las telas son analizados por el propio Kureshi y el diseñador tipográfico Sarang Kulkarni. Las letras de los carteles son reconvertidas en tipos digitales que pueden ser compradas en Internet. La mitad del beneficio obtenido por cada venta le corresponde al autor.