La arquitectura abandonada de Steven Brooks. Fotografía contracultural

Soledad, nostalgia, una cámara y mucho talento

Si bien la fotografía arquitectónica de corte creativa nos ha dado muchas alegrías en la última década (Minh T, Kris Provoost, Thibaud Poirier o Sebastian Weiss, todos reseñados por Experimenta en su momento), en la gran mayoría de los casos los objetivos se posaron sobre las mejores y más icónicas edificaciones del mundo. Hoy, es este artículo, repasaremos el trabajo de Steven Brooks, un talentoso fotógrafo estadounidense cuya propuesta se sitúa en las antípodas del mainstream de esta apasionante disciplina.

Nacido y criado en Arizona, uno de los estados más representativos de la llamada «America profunda», era casi inevitable que Brooks cimentara su propuesta en su distintivo paisaje urbano y más concretamente, en su arquitectura abandonada. Efectivamente, este talentoso creativo, que a día de hoy cuenta con exposiciones en solitario en América y Europa, se hace fuerte en los rincones menos agraciados de pueblos y barriadas del interior de Estados Unidos. Hoteles, carreteras, esquinas, tabernas, mercados,… «rediseñadas» por el tiempo y sus inclemencias, son las estrellas principales de sus composiciones.

La placas de Brooks destacan especialmente por su honestidad pero esto no impide que cada una de ellas sea en sí misma un alarde de técnica e inspiración. Desde el sutil tratamiento de color o la manipulación de las perspectivas, hasta la elección de las localizaciones, todo termina por cuajar para ofrecer al observador una experiencia superlativa, además claro está, de acercarlo, aunque no sea más que un poco, a la otra América.

En un tiempo donde el PhotoShop y sus acólitos nos privan menudo de la magia de la fotografía directa, Steven Brooks da un paso al frente con unas series fuera de serie. Felicidades.